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El caso del astronauta cobarde

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Un atajo de cobardes gestionan las carteras ministeriales de España. Este hermoso país, tiene unas cuantas carencias a nivel dirigente. Muchos de los políticos son una suerte de calamidades que, de manera incomprensible, se han colocado en el poder ejecutivo.

Los presidentes del gobierno antes se rodeaban de ministros mucho más inteligentes que ellos: Felipe González o José María Aznar escogieron a personas más brillantes que ellos para tomar las riendas de las diferentes carteras de su consejo. Ahora no pasa eso, ni por la presidencia ni en los subalternos.

El cargo de ministro es una suerte de privilegios. Se rodea de una cohorte para recibir asesoramiento, consejos, trabajo, misiones, hasta tienen personas dedicadas a mejorar su imagen, presencia, discursos y comunicación con el mundo "exterior". ¿Qué hacían sin ellos antes de lograr encabezar una cartera ministerial?

Los nombramientos de Pedro Sánchez Pérez-Castejón han sido muy polémicos por "méritos" propios. Aquél tipo alto, con buena presencia y un discurso "regenerador" de la vida política de nuestro hermoso país, se diluyó como un azucarillo en un vasito de agua agitado a mil revoluciones por minuto. Quizá desconocía al poderoso "San Google" y los avances tecnológicos para comprobar los antecedentes personales, académicos y económicos de los nombramientos. Se comprobó en primera persona con su tesis llena de plagio y las empresas creadas por sus ministros para pagar menos impuestos, antes de ese nombramiento. Sin embargo, una de las características de este infausto gobierno, actualmente en funciones, es la cobardía.

Un tipo fino, simpático, que viajó al espacio exterior del planeta Tierra, tuvo el honor de ser nombrado ministro de Innovación, Ciencia y Universidades. Pedro Duque, experimentado astronauta, al parecer "valiente", recibió el cargo como un regalo caído del mismísimo cielo. Un tipo afable para todos los españoles llegaba para dirigir una cartera ciertamente compleja. Los periodistas de investigación tardaron "cero coma" en mostrarnos sus vergüenzas típicas de la clase dirigente a quien iba a acompañar.

Años atrás creó una sociedad patrimonial para gestionar la compra de dos viviendas y ahorrar el pago de cuatro tipos de impuestos. Como un socialista dirigente cualquiera tenía la capacidad de gestionar su patrimonio de manera muy distinta al común de los ciudadanos. Sus explicaciones fueron muy "peregrinas" y extrañas al principio.

Peligroso es abandonar nuestro planeta en una nave con múltiples medidas, sistemas y desarrollos probados durante años; pero más peligroso y de valientes que eso ha sido ser miembro de la guardia civil, policía nacional, ejército, periodista o durante años concejal de algunos partidos en las provincias vascongadas. Ellos sí tenían "güevos" o "cojones", elijan ustedes la palabra.

Quizá desconozca el señor Duque las condiciones en las instituciones docentes de la comunidad autónoma de Cataluña en los últimos años. Allí, hijos de guardias civiles, policías nacionales y militares han sido señalados, como si fueran judíos en Alemania nazi, por el trabajo de sus padres. ¿Qué ha hecho el ministro? ¡Ah, tienen las competencias transferidas! Vaya por Dios. Entonces, ¿qué misión tiene un ministro?

Las protestas por la sentencia del llamado "Golpe de Estado" en Cataluña provocaron unas protestas muy violentas en las calles de aquella comunidad. Resulta sorprendente cuanta gente tiene un horario flexible para cortar carreteras, vías de tren, comunicación e infraestructuras críticas. La penúltima ocurrencia es una huelga estudiantil indefinida, que se apoya en un manifiesto casi idéntico de los rectores de seis centros universitarios catalanes. Se vislumbra una división cuando, 800 catedráticos, profesores de allí y desde toda España, firman otra defendiendo la imparcialidad. ¿Qué hizo el ministro de España? Su primera reacción fue: "Yo no me meto porque opinar es libre". Perfecto. Un tipo, cuyo cartera engloba a las Universidades, se tapa bajo su capa para intentar evitar el problema.

Unos valientes estudiantes han formado la plataforma "S'ha acabat". Defienden la Constitución española de 1978, entre cuyos derechos se encuentra a poder recibir las enseñanzas en las que se encuentran matriculados. Hay muchachos que se dedican a trabajar o sus familias pagan los estudios y estancia allí. Su fuerza, valor, junto con algún que otro empujón a encapuchados están consiguiendo recuperar el acceso a las aulas. En cambio, desde el ministro del Interior, el presidente del gobierno y, ahora, el ministro de Universidades —entre otras— continúan refugiados como cobardes en sus poltronas.

—Hoy he aprendido que ir a la luna no te convierte en valiente —escrito por D. Pedro García Aguado; señor, no podemos estar más de acuerdo.

El día 10 tendremos la oportunidad de hace un buen homenaje a San Martín, enviando fuera del poder a "cobardes en funciones".