A poco menos de un mes para las cuartas elecciones en cuatro años nos dispondremos otra vez a ejercer el voto, verdadera arma nuclear de los ciudadanos libres y democráticos. Y digo arma nuclear porque su buen o mal uso, traerá consecuencias profundas para todos.
El abanico de partidos abarcan un espectro variado que se mueve desde la derecha pasando por el centro y hacia la izquierda sin olvidar los extremos.
Asi, tenemos a un PP hoy renovado con Pablo Casado al frente pero todavía con la sombra de la corrupción a cuestas y sentencias pendientes de dilucidar. A mi juicio les invalida y deberían todavía pasar un tiempo en el desierto de la oposición.
Al otro lado, tenemos a un PSOE con su líder Pedro Sánchez cuya trayectoria ya todos conocemos. Ha demostrado en estos meses de gobierno en funciones que sigue instalado en la misma temática que su antecesor, Zapatero, con los resultados ya vistos.
Y no es baladí advertirlo porque si bien todos los sectores han sufrido, los que dice defender son los más perjudicados. Y no olvidemos que también como el PP tienen un reguero de corrupción dilatado y con causas pendientes de condena.
Por el extremo izquierdo sobresale Podemos, ya de todos conocidos. Sus planteamientos políticos, nos llevarían a mi juicio, a ser un satélite de la desgraciada Venezuela. Aún así, tratándose de un partido constitucional, pudiera ser perfectamente asumible su implantación, pero quedó totalmente desautorizada porque su incoherencia quedó plasmada en los actos de sus dos co- líderes y su famoso chalet. El típico caso de haz lo que yo digo pero no lo que yo hago.
Al otro extremo ha surgido Vox, con su radical planteamiento en cuestiones de violencia de género, autonomías e inmigración. Nadie dudará que son temas muy candentes y son los únicos que han planteado y dado a conocer programas para su solución. Lamentablemente no es así como se puede solucionar. Deberán moderar su hoja de ruta radical y su nacionalismo si quieren ser algo más que anecdótico en esta España nuestra.
Y nos queda Ciudadanos. Nacieron en Cataluña como respuesta al nacionalsepararismo y consiguieron dejarse ver. Saltaron a la política nacional y en sus inicios ilusionaron a mucha gente con su forma de poner en valor su programa con gente muy preparada y muy bien planteado, prueba de ello son los hoy 57 diputados que ostentan en el Parlamento Nacional.
Se ha equivocado en este frenesí electoral, creo yo, fruto de su inexperiencia. Han rectificado pero le ha quedado una imagen de partido volátil que deberán corregir.
Sin embargo, sus fundamentales siguen intactos, y ha conseguido incorporar gente joven, gentes con experiencia internacional, y sobre todo gente honrada que demuestran un amor a España a prueba de bombas. Asimismo esa centralidad de la que hacen gala les puede servir muy bien para poder negociar con los regionalismos periféricos, hoy muy presentes por la nefasta y perversa ley electoral.
Deberían a mi entender, ser una alternativa muy seria en los próximos comicios porque es imperativo que ese bipartidismo que todos conocemos debe dejar de ser una opción, hay que pasar página y buscar nuevos horizontes que mejoren lo que hasta hoy todos conocemos.
España merece y puede hacer un cambio a mejor.
En las manos de todos los que votamos está