Los millonarios también lloran

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Llevo dos días sin pegar ojo. Y no es para menos, después de enterarme de tan estremecedora noticia… Los millonarios tienen un grave problema. Una terrible penuria pende sobre sus cabezas, como una espada de Damócles, o mejor dicho, en forma de avioneta. Y es que los jets privados se podrían quedar sin pilotos. Según anunció el sector, harán falta 5.000 pilotos más cada año durante los próximos 20 años, es decir unos 98.000 nuevos pilotos de aviones privados hasta el 2038, y cada vez hay menos candidatos.

Así las cosas, si no se pone remedio a esta tragedia, los propietarios de jets privados podrían quedarse en tierra por culpa de la escasez de pilotos dispuestos a trabajar en el exclusivo mundo de los súper ricos.

La industria del jet privado, que surgió como un símbolo de estatus para los más ricos del mundo en la década de 1960, va viento en popa. Las ventas crecen a buen ritmo y las listas de espera de clientes para adquirir los más novedosos aviones privados se alargan. No parecen importar ni, por supuesto, el alto coste de estos aviones ni del combustible, ni sobre todo el impacto sobre el medio ambiente. Al igual que las marcas de coches sacan un nuevo modelo cada año, las principales compañías de aviación hacen lo propio con unas avionetas, que ofrecen cada vez más lujosas, únicas e increíbles prestaciones.

En cambio, las condiciones de los pilotos privados no han mejorado. Todo apunta a que sigue siendo más lucrativo y seguro trabajar para una línea de aviación comercial, incluso para las low cost. Muchos pilotos de jets cobran incluso por horas. ¿Tendrán los millonarios que recurrir a los aviones privados Uber para poder seguir volando ? ¿Podría pasar algo similar con el Falcon del presidente? Tanta angustia no puede ser buena.