La Raíz de Leonor

“En el símbolo hay una escisión y también una prueba final en la cual se pretende restablecer la unidad originariamente perdida” (Eugenio Trías)

No hubo cielo más alto que una braña,

ni tierra más libre en un asedio,

ni frontera más sólida en España

que un rey levantara como Oviedo.

Ni un origen más noble en la batalla,

ni madre más sagrada que en Euseva,

ni una cruz a la altura de la espada

con más fuerza en el acero de la idea.

Más siniestro que el árabe invasor

fue el olvido de tan insólita hazaña,

los Oppas, los Witiza y el impostor

que del mito y la historia hizo patraña:

de la pelea, vulgar escaramuza,

de la crónica, fuente sin montaña,

donde jamás volvió a beber Munuza

y donde Asturias inició otra España.

El corazón de Europa, fue Pelayo,

forjado con el temple de Toledo,

Señor sin servidores, sin lacayo:

Covadonga germinal, razón y credo.