Josefina Lezcano nos deja. Quizás no les diga nada ese nombre, pero Josefina ha sido nada más y nada menos que la Presidenta de la Confederación Estatal de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Huelva 24 años, (COCEMFE).
Josefina, una mujer luchadora, capaz y entregada a una labor que tristemente pocos reconocen: la lucha por un tratamiento igualitario y justo a las personas con discapacidad. Entre otros premios, fue galardonada merecidamente con el Premio Marisma que otorga el Ayuntamiento de Huelva por su incansable labor de mejora de la vida de las personas con discapacidad.
Hitos como la creación de viviendas tuteladas a personas con discapacidad nacieron de su cabeza y su infinita capacidad de luchar por lo justo.
Deja un legado de personas que, bajo su autoridad moral, luchan contra viento y marea para lograr acabar con lo que yo mismo considero una de las peores injusticias de la que es capaz el ser humano: abandonar y/o aislar al más débil.
En la organización que presidió aún citan a Josefina cuando emprenden alguna labor. Personas como María, joven convencida de luchar por la misma loable causa, piensa en qué haría Josefina ante cualquier problema o cuestión que le plantea cualquier persona con discapacidad. Dice María que cualquier persona que pidiera su ayuda, con o sin discapacidad, era recibida por Josefina, que daba voz a cada una de las justas peticiones de quienes se la demandaban.
Exigente, vehemente, entregada en cuerpo y alma a su causa. No le temblaba la voz por ponerse delante de ningún político o gobernante. Hoy su voz se apaga, pero resuena con la misma energía en todos aquellos que compartieron tiempo, trabajo e ideales con ella.
Sirva esta escueta pieza para rendir homenaje a una persona que dedicó toda su vida a una de las más justas causas, a una mujer que dejó un legado infinito para todas aquellas personas que siguen luchando por la plena integración sociolaboral de todas las personas con discapacidad.
Se apaga Josefina, pero luce como nunca su causa.