Gorriones

Gorrión

A los gorriones de la Plaza Ramales les encantan las patatas fritas. Hay uno mas frágil al que se las quitan todas. Que frescos y egoístas son los gorriones: a lo suyo todo el tiempo, y al menudito que lo zurzan.

¿Qué puedo aprender de esta banalidad? Poca cosa, pero quizá una bonita enseñanza.

El frágil, más menudito de cuerpo, es mi favorito.

Parece tontito, pero sólo es pequeño. Le gustan las patatas, como a todos, pero les rinde pleitesía y cede el bocado grande después de darle un poquito a los veteranos de la plaza.

Acaba de llegar. Quizá se ha caído del nido. Dejémosle que crezca.