Blog del suscriptor

Pedro Sánchez Páramo

Pedro Sánchez al salir del Congreso de los Diputados tras el naufragio de su investidura.

Pedro Sánchez al salir del Congreso de los Diputados tras el naufragio de su investidura.

  1. Blog del suscriptor
  2. Opinión

El CIS (Centro de Inventos Socialistas) no refleja la realidad, sino que son las encuestas las que se reflejan en la realidad. Hace Pepefé Tezanos llamadas a octubre para darnos los números de junio. Todo es posible en el sanchismo mágico, donde Tezanos sube el listón y Sánchez se vale de la pértiga redondista para saltar por encima de la mayoría absoluta. Una pértiga mediática con un control, despliegue y agitprop que no se recuerda desde tiempos de Goebbels o de la mismísima María Pico.

Hablo de Iván Redondo como de un Aaron Sorkin con viaje trimestral a Estambul y entrevista en La Tuerka. Y hablo de Pepefé como de un sherpa emérito que va ascendiendo a Pedro Sánchez Páramo-Castejón, más allá de Comala, de la cima monclovita y de la jefatura de Estado, a los Cielos. San Pedro Sánchez con las llaves del Peugeot, de La Moncloa, del Falcon y del Reino de Dios.

Redondo y Tezanos, los dos artífices de El Milagro de Pedro Sánchez, apúntense bien sus apellidos, porque ellos van a sacar de la nada una mayoría absoluta. Porque eso es Sánchez, la nada, y siendo nada puede serlo todo, como aquel Pokémon, Dito, que era un chicle rosa que podía ser lo que fuera que tuviese enfrente. Y este meitre de cafetería de Corte Inglés, este maniquí de Emilio Tucci, este "calladito, que estás más guapo", este avatar de Pro Evolution sin editar, en fin, este tal @sanchezcastejon tampoco tiene nada: ni ideología, ni moral, ni ética, ni escrúpulos, ni vergüenza. Y solo sin tener nada se puede aspirar a todo.