Responsabilidades

Rajoy, a su llegada al IFEMA.

Hace tiempo que vengo preguntándome si sería factible institucionalizar algo así como una rendición de cuentas obligatoria al finalizar los mandatos presidenciales y en consecuencia responder de acuerdo a leyes civiles y penales de los efectos dañinos de las decisiones tomadas mas de acuerdo a intereses personales o partidistas  que nacionales y de estado.

Un individuo accede al poder de modos mas o menos regulares y en nombre de una democracia a la que no sirve y hace y deshace a placer en contra de los intereses mayoritarios y nacionales. Y se va de rositas.

Hay que rendir cuentas de la gestión encomendada o usurpada y rendir cuentas civil y si procede penalmente. Un poder dramáticamente encomendado no puede ser usado «a beneficio de los huérfanos «(que dirían los Madres Del Cordero (atención corrector: he dicho «los») y es necesario responder absolutamente de los efectos indeseables de las decisiones dañinas derivadas de intereses personales, particulares y/o definitivamente espurios.

Si al final de un mandato indeseado, dañino y destructivo se reclamasen las pertinentes responsabilidades a las que responder con el patrimonio y con la libertad, se cuidarían muy mucho los empleados estatales de gobernar como si se tratase de un cortijo heredado o un patrimonio personal.