Terco como una mula, Sánchez intenta legitimar con hechos su más que indigno mandato. El problema reside en que a cada idea, o mejor dicho, ocurrencia suya o de sus adláteres, se sucede una pequeña hecatombe. Ejemplifiquemos:
¿Sánchez decide ejercer de rey Midas y multiplica el Salario Mínimo Interprofesional? Subidón del paro algo más que previsible.
¿Sánchez quiere aprobar sus presupuestos fake? Vende la integridad de un estado a quienes quieren destruirlo.
¿Invitan al 'presi' a un evento de la BBC, (bodas, bautizos o comuniones)? Falcon o súper Puma a tres mil y pico la tirada, y sin despeinarse.
¿Hay que liderar con valentía una posición internacional en la autocracia que asfixia al pueblo venezolano? El Presidente español se pone en modo Guadiana apareciendo y desapareciendo.
¿Taxi o VTC? A él plin, viaja en avión, helicóptero o en su defecto coche oficial.
Cuesta mucho trabajo encontrar una sola política acertada del gobierno multicolor socioindepepodemita. Y es que es precisamente la progresiva “realdecretización” de la actividad legislativa la que está provocando que solo intervenga en la actividad institucional y jurídica un grupo político, diverso sí, pero unido en torno a la amenaza de nuestro modelo social.
No contento con el despropósito en que ha convertido la actividad gubernamental ahora Sánchez se arranca con un libro de memorias en el que la palabra resistencia ocupa un lugar primordial. Resistencia es la que como españoles tenemos que tener para soportar un gobierno frívolo, ideológicamente inverosímil y en un eterno e incesante interinaje.
Usted no resiste, insiste. Por favor, desista.