Es habitual hacer buenos propósitos al comenzar un año nuevo.
Me atrevería, si no va contra la Ley de Protección de Datos, proponer algún que otro “propósito” de interés general:
1.- Tener viva la ilusión de vivir, a pesar de las mil y una noche de terror que nos proporcionan los gobernantes indocumentados.
2.- Mirarse todos los días al “jodido” espejo que siempre dice la verdad: “Eres un pequeño engranaje en una máquina universal... pequeñito pero necesario y por tanto responsable”
3.- Leer todos los días unos cuantos minutos libros de historia, propuestos objetivamente por Académicos objetivos.
4.- Aprender a diferenciar los siguientes términos: Democracia, Libertad, Demagogia y Populismo.
5.- Realizar gimnasia mental, pilates casero, para poco a poco aprender a comprender al hombre, ser infinitamente pequeño que a la vez que es capaz de mover el mundo es incapaz de acoger a muchos de sus semejantes.
6.- Saber llorar las miserias humanas... saber llorar la propia cobardía... saber llorar y darse cuenta que llorar por lo que “pasa” es de hombres al igual que secarse las lágrimas y luchar por la justicia, también es de hombres...
Nacimos sin pedirlo en un mundo no elegido... fuimos “regalo de amores sinceros”... labremos, en equipo, la sequedad del desierto que el egoísmo humano forjó.