Las "Comunidades Autónomas", sistema vigente en España, nos lleva a recordar lo que eran las "Polis" en la Grecia Clásica: Ciudades-Estado.
Las "Polis", eran "especie de naciones separadas e independientes" que, "aun defendiendo sus valores identitarios de libertad e independencia", se consideraban siempre parte de un único Estado por Historia, Tradición y Cultura.
La Historia nos enseña que la hostilidad entre Polis fue el desencadenante de la disolución de sus autonomías, base de la civilización Griega.
Hoy, siglo XXI, no estamos muy alejados de aquella decadente civilización clásica: Hemos convertidos los signos identitarios en símbolos separatistas; el lenguaje en ratios de colocación; la producción en flecha arrojadiza de superioridad; la religión en arma utilitaria de paz interior; la justicia en enemiga del utilitarismo autonómico; el poder... el poder en ambición incontrolada...
La ambición, madre de la corrupción, carcome nuestra sociedad sintiendo empatía y solidaridad con todos los de su entorno y que, como las ratas, se ayudan entre sí cuando se ven rodeados.
Las ratas prosperan donde hay gente que permite el olvido de lo que significa la palabra sociedad o solidaridad, terreno fértil para la carcoma de los valores.
"Las ratas", bajo los cimientos de toda sociedad libre e independiente, arañan, por intereses totalmente individualistas, los valores que sustentan la convivencia de toda "Polis" o "Autonomía"... Los Estados desaparecen sometidos a las oligarquías interesadas.
Grecia Clásica... "La tierra llora"... "Mi País llora"...