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La dictadura de la mentira

El vicepresidente y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini.

El vicepresidente y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini. REUTERS

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Salvini ejerce con mano de hierro su ministerio lleno de controversia con medidas que gustan a parte de la población, pero que disgustan a toda persona inteligente y bien informada.

Los dictadores son personas que no son normales y, por lo general, con problemas mentales que deberían ser tratados, y hoy en día es posible con gran éxito, incluso con éxito total.

El poder sobre los demás es una motivación para este tipo de personas con personalidades fuertes y creadas en ambientes tóxicos, en los que han recibido una mala educación. Para ellos se ha distorsionado la realidad del mundo en el que vivimos.

La inmigración siempre ha estado ahí, ligada a la expansión y retroceso económico de las naciones y ciudades que alcanzaron grandes cotas de prosperidad. La humanidad siempre avanza, a pesar de las dificultades que se encuentra cada persona que quiere prosperar y que pertenece a este mundo de fronteras artificiales. Mundo que algunos se empeñan en mantener, elevando muros infranqueables que la historia nos dice que siempre son superados por la necesidad y la imposición de la realidad.

Salvini, Trump, Farage, Le Pen, Abascal, y muchos más líderes ultras, que encabezan a una masa que no es capaz de ver más allá de sus narices, se darán con la realidad de cara, y como les ha ocurrido a otros en el pasado. Estos caerán como un castillo de naipes tras vivir unos años de auge. Están comenzando a experimentar su sueño de poder y manipulación de las masas que pueden enfurecerse ante el engaño, y reaccionar derribando a estos dictadores, como en el pasado hicieron con otros.

La democracia ha dejado una profunda huella en nuestras mentes, vidas y en el futuro. Estos dictadores no podrán eliminarla del todo, ni tan siquiera realizar reformas profundas hasta llevarnos a crueles y sangrientas dictaduras.

La mentira tiene las patas muy cortas, la verdad siempre se impone, y la lucha está comenzando y pronto terminará, porque son los tiempos de la inmediatez, de los resultados rápidos. Si estos no se dan en el sentido que el pueblo quiere y desea, y no se darán con estos dictadores crueles que nos quieren dar gato por liebre, pronto la democracia volverá reforzada y con nuevos bríosTodo tiene su auge y su caída, todo muere y renace en una nueva existencia.