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¡Sonríe!

La sonrisa tiene efectos positivos dentro y fuera de cada uno.

La sonrisa tiene efectos positivos dentro y fuera de cada uno. Reuters

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¡Hazlo! No de manera artificial, no apretando la mandíbula para contentar al de enfrente, no lo hagas nervioso, no se te ocurra sonreír en vano… Saca tu mejor sonrisa, no para mi, no para las personas de alrededor, hazlo para ti. 

No se te vuelva a pasar por la cabeza no sonreír, porque la sonrisa se desvanece hasta el punto que muchas veces se olvida el precioso gesto en la cara que aparece, no recuerdas cómo era.

Tantas distracciones que te da la propia vida… Momentos horribles, de sentirte sólo, muy sólo, problemas añadidos a la dureza del día a día, desgracias y críticas, puede que hasta todo mezclado en un cóctel que te sacude cada hora, día, año... Pensamientos de aquello que te pasó, que marcó y caló tu corazón con una barra de hierro hasta quitar la sonrisa para convertirla en lágrimas y seriedad, una visión de la vida negativa que atrae al resto para sumergirlos en más negatividad, un círculo vicioso que sólo sale a relucir nuestro peor punto de vista. Nada es realmente importante, las heridas cicatrizan con el tiempo, mientras sufrimos y nos recordamos en el victimismo la vida pasa, pierdes tiempo, personas que pasan a tu alrededor sin prestarles atención, puede que alguna de esas personas te haga sonreír pero no dejamos que en ese estado se nos acerque nadie, al menos no será de una manera auténtica.

Sonríe, sin pensar, ir andando por la calle y alguien que se cruza frente a ti te dediqué una sonrisa hace que tu sonrías… Ir en metro y ver como un niño juega por el vagón del tren te saca otra sonrisa, recordar momentos con tus amigos o tu pareja, aquellos que son inolvidables y se ven como felices ¿Por qué? Porque sonreías. 

No sólo por todo ello, tenemos que aprender a sonreír con nuestro interior, estar calmados, tranquilos y centrados, pasear por la vida con calma y alegría, parece que nos gusta recrearnos en los peores aspectos que nos ha dado la experiencia, lo llevamos como una bandera y la verdadera bandera y haber pasado por todo ello con una sonrisa para afrontar lo que vuelva a venir. Una gran lección nos la enseñan los pequeños enfermos de cáncer, niños que asumen por su inocencia que eso es así, y que tienen que pasar por ello, ¿Cómo lo hacen? Sonriendo, jugando, pensando en lo pronto que podrán salir al parque o ir a la piscina, jugar a fútbol o con la videoconsola, positividad por esa inocencia. Inocencia que nosotros perdimos hace mucho, y para desgracia de todos, cada vez se pierde antes, son pocas cosas las que nos hacen sonreír, no las vemos, se olvida el mensaje de ilusión y esperanza que da ese movimiento con los labios.

Cura la tristeza, las negatividades, la mala fe, la crítica hacia los demás, la autocrítica equivocada, transmite felicidad, da un ambiente contagioso de risas y palpitaciones feroces de amor, quita depresiones y sobretodo… Te hace sentir bien contigo mismo. El poder de la sonrisa es infinito en tu cuerpo y en tu interior, despiertas con una mirada en el mundo más ilusionada, más guerrera y por supuesto, con las ganas de vivir la vida sin pensar que sea una desgracia el pisar esta Tierra. Con la sonrisa se han forjado verdaderas luchadoras de causas muy complicadas, con ella se ha mirado por primera vez a un hijo recién traído al mundo, el primer gesto que ve aquel bebé, con la sonrisa se ha tratado de decir que estamos aquí para conseguir la misión de todos los que pisamos este mundo: ser felices.