El presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, se comprometieron el martes a trabajar hacia la completa desnuclearización de la península coreana. Washington, por su parte, se comprometió a ofrecer garantías de seguridad a quien hasta hace poco era su enemigo.
Parece que el éxito de la reunión ha sido total, aunque la información que se ha facilitado ha sido medida al máximo. Lo que realmente ha quedado hoy demostrado por una vez más, es que el presidente Donald Trump,no es más, que un jugador de póker. Le gusta ir de farol en las partidas que juega desde la distancia. En cambio en el cara a cara, no sabe esconder sus gestos y prácticamente muestra sus cartas al rival.
Toda la dureza que muestra el presidente Trump en su Twitter, incluso semanas antes de esta gran cita, quedan en buenas palabras e incluso insinuaciones de posible amistad entre los dos líderes. Trump es un jugador de póker de farol, pero eso no quita que pueda ganar la partida.