Cada día nos levantamos con titulares de mayor o menor calado, con escándalos de índole política. Los medios de comunicación, con su presión mediática a la sociedad, son un instrumento de convulsión y agitación. A la política española le hace falta renovación, valentía, cohesión y espíritu de excelencia.
En las próximas elecciones, habrá que pensar en que futuro queremos para España, un futuro de valentía, sin concesiones ante los que quieren deshacerla, sin que los nacionalistas agredan su identidad y su integridad.
Unos presupuestos en el que todos los españoles se sientan reflejados, dónde el apoyo a los mismos por unos votos haga que unos pocos se lleven inversiones millonarias en decremento del resto. Dónde algunos jueguen con ventaja.
Esto puede ser un sueño, no es utopía, sino justicia.