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Asco en formato Sentencia

Los carteles atacaban la decisión del juez González / Jorge Barreno.

Los carteles atacaban la decisión del juez González / Jorge Barreno.

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Se ha celebrado una de las muchas jornadas donde se siente asco por otros individuos de la misma especie y nacionalidad. La vida nos lleva por diferentes caminos, en cuanto a preparación y profesión. Nuestro hermoso país, llamado España, lleva años y años sufriendo por malnacidos arrogados de “derechos humanos”, tras restringir ese disfrute a otros semejantes.

La investigación de un delito mejora con el paso de los años. Los avances técnicos contribuyen a confirmar la manifestación de la víctima. Es a los agentes de la autoridad, a quienes la ley da la condición de presunción de veracidad. Tiempo atrás, gracias a la llegada de las cámaras de video, se comenzó a tomar testimonio gráfico en movimiento de la escena de un hecho delictivo. Las cámaras de seguridad en 1992 recopilaron cómo el asesino de ETA José Luis Urrusolo Sistiaga retrocedía para asesinar a dos Policías Nacionales. Este individuo, el asesino, camina libremente en estos días por la provincia de Guipúzcoa.

El auge del cine y series de televisión aprovecha muchos dispositivos que tenemos en nuestro entorno. La palma de la mano o la muñeca del brazo puede contener mucha información, ya en tiempo real, ya en tiempo pasado. Esos datos son precisos y valiosos, al explicar cualquier conjetura o duda que pudiera tenerse a la hora de recibir una declaración.

Los hechos sucedidos en Pamplona, durante las fiestas de San Fermín, fueron recogidos por los propios acusados. Según recoge la sentencia dictada, los acusados realizaron actos de índole sexual con la víctima. Sus Señorías, con puñetas en las mangas y bajo el pelo de la cabeza han tardado 5 meses en dictar sentencia.

La Justicia ni es matemática ni justa. En parte la segunda negación es consecuencia de la primera, aunque todo es discutible incluyendo esa llamada ciencia exacta. Muchos sabemos las dudas razonables al dividir con una simple línea un número romano. Del mismo modo la apreciación de una película y sus actores es diferente, incluso entre los críticos del llamado séptimo arte.

Los jueces han tenido demasiado tiempo libre. Quizá, alguno de ellos, se haya visto obligado a ver películas de temática pornográfica para llegar a esa miserable conclusión. Al ser tres miembros del tribunal, quizá, hayan compartido el visionado de dicha temática, para llegar a ciertas conclusiones de índole legal. Apreciar cuándo una actriz actúa o es real, resulta sumamente complicado, si no imposible, a no ser que ella misma certifique ese carácter.

Cinco meses, cinco, viviendo con sus familias, caminando por la calle, acudiendo a espectáculos de todo índole donde deberían de discernir si los actores principales actuaban o no, si ficción o realidad. ¡Pedazo esfuerzo! Puede que sus tres Señorías acudieran con sus esposas o esposos, hijas o hijos, hermanas o hermanos, incluso la única persona que garantiza lealtad por estadística de un ser vivo: la madre.

Esas criaturas de su entorno debían de ser conscientes de la labor transcendental de sus Señorías. La dificultad de discernir, de comprender y evaluar aquello real de lo dramático, incluido el día a día. Después de “su” sentencia, el día a día no podrá ser igual. Sus vecinos saben el puesto de trabajo donde acuden durante la semana. La familia con mayor precisión también, suponiendo que tengan.

Tras la agresión sexual -algunos pensamos que es una violación en toda regla- todo ha cambiado. La víctima está traumatizada; sus familiares y amigos intentan encontrar el modo de recuperar la tranquilidad y vivir al día del síndrome de estrés postraumático producido. El día a día, las noches largas, imágenes y preguntas sin respuesta que atormentan a cada víctima. No, no tiene solución, indicarán los médicos. Será preciso que aprendas a vivir con ello el resto de tus días.

En esa sentencia, incluido el voto particular, queda patente “la autoría y hechos probados” de todo lo escrito. Esa firma lastrará el resto de la vida de sus Señorías. Esas imágenes, ocultas al resto de los ciudadanos, donde basaron su interpretación del Código Penal, simplificarían la percepción del hecho ocurrido. Sin embargo, en este país se suele tener querencia al delincuente frente a la víctima.

Las próximas celebraciones, muchas de ellas con significado católico, dado el carácter cultural de nuestra España, serán tremendas. De puñetas, serpientes o ratas en tierra, mar y aire, que circulan por el interior de nuestras fronteras, se verán enfrente de una mesa. Quizá sea el momento de preguntarles por esas afirmaciones; igual es el lugar de opinar sobre tan asquerosa manera de impartir justicia.

Su culpa, la puñetera culpa, está reflejada en la apreciación de una película donde se prueba una violación. Pido a Dios y a la Virgen del Pilar que tengan clemencia cuando lleguen a sus dominios; a la par que los órganos encargados de controlar el buen funcionamiento de la administración de Justicia en España, ejecutando sus propias capacidades.

Asco, dan mucho asco, “sus” Señorías.