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Qué lío

Mariano Rajoy.

Mariano Rajoy. Thomson Reuters

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En 2011 los españoles votaron en masa a Mariano, con la esperanza de que, aunque era un político mediocre y sin ningún carisma, al menos haría una labor efectiva y probablemente acometería las muchísimas reformas que España necesitaba, tras el devastador periodo de Zapatero en la Moncloa.

Las principales reformas y cambios de política que la mayoría esperaban eran:

1. Reducción del sector público: cuando era más necesario que nunca contener el gasto público y era evidente que España no necesitaba 3 millones de funcionarios, Mariano pensó en las consecuencias de despedir al millón de funcionarios que sobraban y exclamó: Uf, qué lío.

2. Recentralización del Estado: cuando es sabido que España no puede dilapidar 90.000 millones de euros en 17 taifas autonómicas, nidos de corrupción y despilfarro, Mariano visualizó los problemas de que el Estado empezara a asumir competencias de las Autonomías y pensó: Uf, qué lío.

3. Legalización de Batasuna: anteriormente Mariano, como jefe de la oposición, había reprochado a Zapatero su traición a los muertos por legalizar Batasuna. Cuando tuvo la oportunidad de reconducir esta nefasta política, mientras soltaba a Bolinaga, dijo: Uf, qué lío.

4. Plan hidrológico: fulminado por Zapatero, todo el mundo esperaba la reactivación de plan hidrológico nacional tras la victoria del PP en 2011, pero Mariano pensó en los conflictos entre virreyes autonómicos que el asunto iba a provocar y pensó para sus adentros: Uf, qué lío.

5. Memoria histórica: ni los más rojeras del PSOE imaginaron que la ley de memoria histórica sobreviviría a un gobierno del PP, pero Mariano pensó en los problemas que le acarrearía su derogación y manifestó: Uf, que lío.

6. Impuestos: gran defensor de la bajada de impuestos en campaña electoral, al día siguiente de ganar las elecciones, Mariano echó cuentas, y vio que para bajar los impuestos tendría que acometer una reforma profunda de la administración del Estado, eliminando autonomías, diputaciones, ayuntamientos, empresas públicas, Senado, Sindicatos, Patronales, miles de subvenciones a apesebrados, etc. Entonces imaginó los conflictos que se le plantearían, y mientras subía los impuestos más de lo que pedían los comunistas, exclamó: Uf, qué lío.

7. Pensiones: cuando, simplemente sabiendo sumar, es evidente que el sistema de pensiones es insostenible en el tiempo, Mariano percibió el empaque político que era necesario para acometer la reforma del sistema de pensiones y pensó: Uf, qué lío.

8. Déficit público: para frenar el déficit público Mariano tenía que conseguir frenar el despilfarro y la corrupción de las administraciones públicas, pero claro, para ello se tenía que enfrentar con presidentes autonómicos, alcaldes, prebostes de empresas públicas, sindicalistas, oposición y hasta a su propio partido. Lo tenía claro: Uf, qué lío.

9. Declaración de independencia de Cataluña: tras cinco años con Mariano sin hacer nada y financiando el golpe con el dinero de todos los españoles, los independentistas catalanes por fin declararon la República en Cataluña. Entonces Mariano tuvo que escenificar que hacía algo y aplicar el 155, antes de que el Rey le echara a patadas de la Moncloa. Pero Mariano entonces cayó en la cuenta de que tendría que gobernar Cataluña, cerrar TV3, asumir las competencias de educación y disolver los mozos de escuadra. Y claro, pensó, uf qué lío, uf qué lío, uf qué lío, uf qué lío.

Entonces, en vez de actuar, recurrió al Tribunal Constitucional, pasándole el problema a los jueces, y convocó elecciones con el 155, pasándole el problema a los ciudadanos de Cataluña.

Ahora, tras siete años de inacción, el lío lo tenemos todos los españoles.