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PROTESTAS PENSIONES EN BILBAO LUIS TEJIDO Agencia EFE

En mi vida laboral, no solo realizaba un trabajo de excelente calidad: un bien social en sí mismo, sino que tributé fiel, copiosa y puntualmente en la fe de generar unos derechos inalienables para mi edad provecta. Sanidad, tratamientos farmacológicos y una pensión adecuada. Progresiva e incesantemente esos derechos se ven atropellados, porque no hay dinero para las pensiones. Mentira podrida: dinero hay, y mucho. La cuestion está en cómo se distribuye ese dinero.

Resulta que yo voto, porque esto dicen que es una democracia y delego mi poder en un gestor para que administre justa y adecuadamente mis intereses, y con ello no concedo ningún “derecho de pernada” sobre ellos. A mi administrador le asigno unos emolumentos justos, pero no abusivos y deberá rendir cuentas de lo realizado en el trabajo en que ha sido aceptado después de presentarse voluntario.

Por otra parte constantemente se comenta y se puede comprender el dispendio absoluto de los bienes comunes en beneficio, como dirían los madres del cordero, de los huérfanos y de los pobres de la caridad. Y es así que hay un dispendio absoluto que quizá no nos podemos permitir, a beneficio de los emigrantes y sus familias de las distintas etnias, que encima odian como actitud básica hacia sus anfitriones. Podemos ejercer ese buenísimo algo hipócrita y algo tonto, pero no por ello atacar el poder adquisitivo de los pensionistas que han tributado como curritos por largos años.

Luego está el tema de las autonomías. Está bien transferir y descentralizar competencias. Lo que no está ni medio bien es que tradicionalmente se compre su apoyo en las Cortes a precios brutales en forma de prebendas económicas que son absorbidas por gastos espectaculares para que los ágrafos que las reciben las apunten a beneficio de los huérfanos y de los pobres de la caridad que viajan en premier, se hospedan como reyes y se alimentan como marajás de kapurtala.

Además son ingentes las cantidades que se despilfarran para mantener regiamente una clase política que no se lo gana, que es sobreabundante y mayoritariamente innecesaria, nepotista y carísima y, por si esto fuera poco, ellos mismos se ponen el sueldo, las dietas, las jubilaciones y las prebendas...No señores, no era esto, ustedes no están ahí para enriquecerse y conservar unos privilegios desorbitantes post mortem. Ustedes deben responder a las expectativas justas que motivaron su designación, ustedes no están ahí para enriquecerse. Están ahí para servirme. Ustedes no pueden subvertir el sentido del voto a beneficio de los huérfanos, etc.

En resumen: dinero hay y mucho y no necesitan ustedes expoliar a los pensionistas. Los que tienen pensiones más altas cotizaron también porcentajes más elevados de sueldos más altos en trabajos especializados que requerían costosa y alta formación

Esto puede resolverse sin perjudicar mis intereses solo tienen ustedes que realizar bien y en mi beneficio la gestión que quizá ingenuamente les ha sido encomendada.