La manipulación de la ciudadanía

La manipulación de la masa silenciosa es, o debería ser, por compromiso ético, prohibida. Hacer de la realidad una forma de vivir de los políticos es el mayor tumor que la realidad tiene.

Comienzo por los ayuntamientos que dicen que preparan los presupuestos de forma asamblearia, pero no se dice ni cuántas personas acuden, ni a qué ideología

pertenecen, ni qué preparación tienen... La verdad es que con dificultad suelen llenar salones habilitados y los que van suelen ser personas mayores jubiladas y con escasos conocimientos de lo que son unos presupuestos para municipios.

Sigo con las pensiones. Tema de interés general, jamás partidista ni ideológico. Tema que debería estar en manos de ejecutivos independientes, con conocimientos

suficientes y que fueran seleccionados de forma objetiva.

La realidad es, sin embargo, el asalto de las calles de forma teledirigida por partidos partidistas.

Termino por esa justicia siempre arrastrada por la realidad en vez de preparada

para la realidad. La ciudadanía entiende de seguridad, nunca de burocracia retardada,

situada entre paredes empapeladas donde, parece ser, no suele llegar el clamor de la

justicia real. Por eso lo habitual es que se repitan los delitos y que la gente

normal se canse de sufrir la inseguridad.