Recuerdo cuando expulsaron a nuestro director, Pedro J.Ramírez, de El Mundo. Estaba indignado, como pocas veces me ha pasado en una situación política. Pedro J. consiguió que me cambiara de El País a su periódico en papel, que disfrutara de su lectura, sobre todo las cartas del director. Él me convenció para ser uno de los primeros suscriptores de Orbyt, de hecho, me compré mi primera tablet con esa excusa.
Cuando Pedro J. puso luz sobre el proyecto de EL ESPAÑOL, no lo dudé: "con este tipo quiero fracasar" y no dudé en comprar una humilde acción de nuestro periódico.
El periódico ha nacido, ha dado los primeros pasos y está en fase de crecimiento y, aunque hay contenidos de buena calidad y artículos brillantes, no me acaba de apasionar, no espero con ansiedad la nueva edición. Al llegar a esta conclusión he analizado (intentando ser crítico) que creo que le falta y... que le sobra.
Creo que el periodismo de investigación se está realizando (promesa de Pedro J.) y, en el tiempo, será mayor y mejor cuando pasen los años, paralelamente a la credibilidad del periódico y sus medios. ¿Qué falta? Para mí, artículos de opinión (cantidad y, en algunos casos, calidad). La opinión de periodistas, expertos o, simplemente, personas con otra mirada. Aparte de la investigación de un periódico, la hondura de las opiniones, marca la diferencia. ¿Qué sobra? Morbo. Para mí hay un número excesivo de noticias relacionadas con asesinatos, desaparecidos... No digo que tengan su público, pero me aportan poco.
De todas formas, ahí seguiré, esperando aquellos días de periodismo apasionante.