La epidemia de los años 80, la tenebrosa heroína ha vuelto a ser la gran protagonista en el escenario del horror y decadencia humana. La heroína que tantas vidas se ha llevado, pisa con fuerza en los barrios madrileños, sacudiendo a Vallecas, Carabanchel, Villaverde Alto…
Como cuenta un camarero de la zona de Puente de Vallecas, ha vuelto peor que nunca la epidemia, de día robos en masa, la delincuencia vuelve a ser imparable, por la noche las calles se llenan de “zombies” deambulando. Esos zombies son mujeres de 30 años, con pocos dientes, una cara chupada hasta el extremo, marcas y sin sentido en las palabras que salen de sus bocas.
Hombres y lo mas preocupante, son muchos los jóvenes, gente de muy corta edad la que fuma heroína, porque aún con la información que hay en nuestro 2018 nada que ver a la de hace 30 años, se piensa que fumar heroína no tiene los mismos efectos que si es pinchada.
El caballo ha aterrizado fuerte en los narcopisos, tanto que la Policía Nacional en menos de 6 meses ha hecho más de 3000 intervenciones policiales, pero a las horas, no si quiera al día siguiente, ese piso precintado por la Policía, volvía a ser ocupado por los mismos. ¿Los dueños? Nigerianos en la mayoría de los casos. La gente llama a esos narco pisos a comprar la droga, y aunque comiencen fumándola, la confesión es que alternan el pincharse con fumarla y ya sabemos como acaba eso…
Lavapiés, otro de los grandes núcleos del virus heroína, en la calle, en pisos, con las tradicionales “alertas” de aviso de venta de droga, la Policía vigilando y los traficantes vigilando a la Policía… Mientras los toxicómanos no cesan de comprar, y cuando no hay dinero, roban, lo que sea y a quien sea, si es necesario cortarte un dedo para quitarte la alianza, lo harán.
Lo necesitan, y no hay manera de hacerles pensar, es imposible, sólo piensan en su dama, la heroína. Vecinos del barrio de Vallecas salen con los bolsos escondidos, con lo justo para comprar o salir a la calle. Si hay que sacar dinero se acompañan, es tal la vuelta al lado más oscuro de los 80, que da miedo.
Miedo porque al ritmo que esto marcha, puede volver a darse a que se pierda una generación, jóvenes fumando heroína, usando jeringuillas, pueden buscar en el buscador imágenes de personas que confiesan ponerse de caballo, sólo observar la imagen física, y cuando le oigáis hablar descubriréis en que situación mental se encuentran también, eso debería bastar para alertar a la población de la muerte envida que es la heroína.
Esta vez no hay distinción, personas venidas de las llamadas “buenas familias” también hacen el top, según cuentan psiquiatras, se ha triplicado el número de casos que tratan y provienen de estas familias. Este resurgimiento va a la velocidad de la luz. En el barrio madrileño de Carabanchel bajo hay el doble de narcopisos de los que había hace unos años.
La Comunidad de Madrid eliminó la Agencia Antidroga, y también los utensilios y “ayudas” para los toxicómanos. Ahora que la venganza de la heroína está otra vez aquí, esperamos que haya una respuesta rápida e inmediata, el mayor alijo de heroína de todos los tiempos en España fue incautado el año pasado por la Policía Nacional en Barcelona, heroína a precio muy bajo que contiene el 10% de esa sustancia y lo demás no se sabe… No cesa de entrar en España y tampoco baja su demanda, al contrario.
Es por ello que necesitamos una acción eficaz por parte del gobierno, no creo que Comunidad de Madrid quisiera vernos a los ciudadanos en verano sin poder utilizar sandalias, y teniendo que usar botines o similares, por miedo a pincharnos con una aguja, o como ya esta pasando en dichos barrios, que todos tengamos que llevar un spray, laca, mechero… lo que sea, para que no te pinchen con dicha aguja, como antaño, como el horror vivido. No creo que tampoco sea normal que los toxicómanos estén tirados en pleno barrio. Se necesita una solución desde el gobierno y los demás necesitamos saber que la heroína, y la droga en general, te convierte en el monstruo más horrible que jamás hayas imaginado, y sobre todo, aunque no lo sepan, ya están tumbados en la tumba.