Thierry Frémaux, director del instituto Lumière y director artístico del Festival de Cannes, nos devuelve con este documental los cortos de los Lumiére al cinematógrafo, su origen natural. Recupera 108 cortometrajes de 50 segundos de los 1422 que rodaron,una filmografía que nos descubre un lenguaje, unos testimonios y sobre todo poesía.
"La película es antes que nada un acto de amor y una obligación. El cine de los Lumière siempre ha sido ignorado, nunca se les ha considerado más que inventores que básicamente copiaron y mejoraron la tecnología de sus predecesores,nunca se les ha tenido en cuenta como cineastas y no es así. Ellos inventaron la puesta en escena, los primeros que usaron el primer plano, ellos rodaron la primera persecución de coches de la historia del cine", comentarios de Frémaux.
"Lo que se ve ahora en la película se vió en los cafés entre 1896 y 1900 y nunca se ha vuelto a ver en una sala de cine. Mi idea es hacer que el trabajo de los Lumière recupere su espacio natural y encuentre de nuevo a su público;que vivan de nuevo.Tengo la sensación que estas películas se realizaron ayer mismo,no han envejecido por la misma razón que las obras de Molière o Mozart lo han hecho. Si el cine es el arte del movimiento,es también el arte de la vida", sentencia Frémaux.