Opinión

Harvey Weinstein y su Hollywood

El productor cinematográfico Harvey Weinstein.

El productor cinematográfico Harvey Weinstein. Reuters

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Harvey Weinstein, ese productor de Shakespeare in love, Kill Bill o Gangs of New York. Una tormenta de éxitos y dinero azotaba su vida, una especie de violador en serie frustrado, el verdadero mundo de Hollywood y todo lo que le rodea, esa especie de rumor o pensamiento que todos tenemos en nuestra mente, cuando todos de pequeños queremos ser princesas, bomberos o actores de éxito como Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow o Ashley Judd. Todas ellas en algún momento o en varios momentos de su carrera han tenido que sufrir el acoso de este productor y callar para seguir viviendo en un mundo de alfombras rojas y flash deslumbrando, gritos y admiración a una parte de tu vida que está filmada y no existe, sólo es un personaje.

Esa industria de la que casi todos pensamos en el fondo lo mismo, la deseamos, la admiramos, nos encantaría ser un actor o actriz mundialmente famosa, guapa, multimillonaria y hacer un papel de esos que al final de la película salvas a toda la humanidad, pero a la vez siempre nos vuela alrededor de la cabeza que para llegar a eso o puede que las que ya han llegado han tenido que tragar, hacer cosas para poder ascender, aguantar a acosadores como Weinstein para poder aparecer en la película que luego ganará la deseada estatuilla de Oro.

Hasta ahora más de 60 mujeres han salido denunciando el acoso abusos y violaciones de Harvey Weinstein, durante toda su carrera. ¿Por qué han callado hasta ahora? Por temor o vergüenza dicen, grandes divas del mundo del entretenimiento que no dudan en hablar sobre derechos humanos, sobre la política mundial, la pobreza en el mundo o el terrorismo pero no pueden hablar sobre lo que ellas vivido, sobre la sumisión o el respeto, sobre lo que es la industria más estelar. Hipocresía sin límite, por un lado y otro.

No sólo Harvey Weinstein es el ya considerado una especie de violador en serie de estrellas fugaces, esto ha levantado la alfombra roja y hemos encontrado un color negro intenso destrozado, que han dado lugar a otra gran película: Kevin Spacey como el violador aprendiz, Matt Damon como el cómplice que todo sabía y nada decía, Angelina Jolie y Rosanna Arquette como las avergonzada en el nuevo estreno llamado La mierda de Hollywood.

Es frustrante que personas que tienen tanto peso público; porque todos lo hemos permitido como espectadores o fans o simplemente personas que van a ver una película, pero les escuchamos, esa baza es la que barajan, prensa diaria, apariciones en todo el mundo diarias si quieren, pretende a ONGs, a Naciones Unidas, a Consejos de Dirección e incluso apoyar campañas y elecciones políticas… se dirijan a nosotros a que seamos mejores personas. Tantos discursos oídos, palabras profundas y tantas otras cosas que sólo pertenecen a ese pequeño mundo de Harvey Weinstein, abriendo la puerta para que veamos cuántos productores, directores, actores y actrices han sido violadas, han sido los que lo han hecho y han sido los que han callado. ¿Ese es el mundo ideal al que todos queríamos pertenecer?

Está podrido como la belleza de grandes actrices al llegar a casa ponerse el batín y desmaquillarse, en el fondo son otra cosa, en casa son otras personas, sin cirugía como la puesta en escena de los Oscar, no son los/las mismas.

Ahora cuando un pequeño sueñe desde niño es ser actor o actriz, no sólo los padres le rondará y chillará que se morirá de hambre también gritara fuerte las supuestas cosas que tendrá que aguantar y que hacer para quizá, puede, alomejor, aparecer en el papel secundario de alguna película llevada al cine y de ahí seguir con el mismo modus operandi para seguir trabajando.

En España tampoco se ha creado indiferencia, muchas actrices ya han confesado que durante su carrera han tenido que ser objeto sexual de tal productor o cual director, y cuando no ha sido así, la famosa mano negra ha tocado sus carreras, en forma de que no han vuelto a trabajar en una película, no hay llamadas ni tampoco ofertas, no hay nada…

Bienvenidos al maravilloso mundo del espectáculo, puedes ser quien quieras y conseguir lo que quieras, siempre que no te encuentres a Harvey Weinstein sentando a tu lado en una habitación de hotel con la puerta cerrada para negociar el papel. ¡Pasen y vean!