Opinión

Mentiras institucionales

Una sesión en el Congreso de los Diputados.

Una sesión en el Congreso de los Diputados.

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Dice el refreno que para decir mentiras y tomar pescado hay que tener cuidado. Ya en la antigüedad Esopo aseveraba que la mentira fue creada por Dolos cuando ayudaba a Hefesto en la fragua cuando fabricaba la Verdad.

Mientras realizaba ese arduo trabajo, el cual continúa siéndolo para muchos, se ausentó de la misma al escuchar unas voces. Esta circunstancia, propició que Dolos al encontrarse solo comenzara a construir una estatua idéntica a la de su maestro. Al regresar Hefesto quedó sorprendido por la pericia de su aprendiz e introdujo en el horno ambas estatuas, es decir, la Verdad y la Mentira. Desgraciadamente a Dolos no le había dado tiempo terminar su estatua y no había moldeado los pies, por ello al sacarlas del horno la Verdad caminaba con paso firme y seguro, mientras la Mentira caminaba a su sombra con pasos inseguros y tambaleantes. Pese a que las mentiras siguen haciéndonos pasar malos tragos, seguimos esforzándonos en sacarlas a flote.

Un triste ejemplo de ello ha sido la contundente negativa de la Generalitat durante una semana a admitir que desde el 25 de mayo habían recibido un aviso sobre la posibilidad de atentado. Tuvo que ser El Periódico de Catalunya quien publicara el supuesto mensaje incendiado las redes ante la disyuntiva de si mentía el diario o mentía la Generalitat. Afortunadamente y parafraseando al gran Francisco Umbral, el periodismo mantiene a los ciudadanos avisados, a las putas advertidas y al Gobierno inquieto. Inquietud tal que llevó al Govern a arremeter contra la prensa. Nada nuevo bajo el sol, kill the messenger, matar al mensajero.

Es cierto que una vez que ocurren los hechos, no hay posibilidad de modificarlos; quod scripsi, scripsi, lo escrito, escrito está.

Pero esta circunstancia no niega la mayor que no es otra que presuntamente la Generalitat ha mentido y ha persistido en la misma. Desconocemos por qué lo hizo, lo único que sabemos es que la mentira produce flores pero no frutos. Que no te engañen.