Coliseo El merodeador

Merodeos

17 junio, 2016 01:32

El órdago de Rivera que puede cambiar la campaña

El anuncio de Albert Rivera de que, en ningún caso, su grupo parlamentario facilitará la investidura de Rajoy, ni siquiera absteniéndose, es una declaración de intenciones tan rotunda que puede cambiar el signo de la campaña para Ciudadanos. Hasta ahora, Rivera había mantenido la ambigüedad en este punto. "No queremos que siga gobernando", ha dicho este jueves, disipando así cualquier duda.

Lo que está diciendo Rivera es que los diputados de Ciudadanos podrán apoyar al PP llegado el momento, pero siempre que su candidato a la Moncloa no sea Rajoy. Desde ese punto de vista, puede ser un guiño a votantes conservadores, proclives en principio a votar al PP, pero que rechazan la gestión de Rajoy o sus lazos con la corrupción. Para ellos, Rivera se presenta como la palanca que puede forzar la renovación de los populares.

Por otra parte, y por lo que dicen las encuestas, parece claro que el acuerdo con el PSOE que dio lugar al Pacto del Abrazo no le ha pasado factura a Ciudadanos, ya que ha crecido en intención de voto en relación al 20-D. Eso podría indicar que Rivera ha conseguido ganarse espacio de centro al que le satisfaría una postura firme frente al actual PP.

En cualquier caso, estamos ante un movimiento audaz de Rivera cuyo resultado sólo podrá calibrarse el 26-J. Eso sí, nadie podrá decirle luego que no ha sido transparente en sus intenciones.

Susana Díaz o la contundencia que le falta a Sánchez

La presidenta andaluza se ha convertido en el verdadero látigo de Pablo Iglesias desde las filas del PSOE. Suple así la falta de contundencia que viene demostrando Pedro Sánchez, temeroso de que la estrategia de la confrontación pueda volvérsele en contra. El caso es que el contraste salta a a vista: mientras Susana Díaz no deja escapar la oportunidad de arremeter contra Podemos, Sánchez apuesta por la tibieza.

En los últimos días, la dirigente socialista ha llamado "izquierda trilera" al partido de Iglesias; y a éste, "emboscado" y "comunista por la mañana y socialdemócrata por la tarde". Después de que Iglesias alardeara este jueves de su amistad con Zapatero y de que dijera lo mucho que lo admira, Díaz ha respondido con su habitual perspicacia: "Ya ha reivindicado la socialdemocracia, ha reivindicado ser socialista, ahora reivindica a Zapatero... Lo que le queda al señor Iglesias es afiliarse al PSOE".

La diferencia de tono entre Susana Díaz y Sánchez revela las dudas que subyacen en el PSOE acerca de cómo combatir a su rival en la izquierda. El problema del secretario general es que muchos en su partido están convencidos de que quien se equivoca es él, y que el mejor antídoto contra el populismo es rechazarlo de frente.

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