Rivera a pesar de todos

El origen de la mala relación entre Sáenz de Santamaría y Cospedal

Cospe y Soraya se terminan de partir la cara mientras Casado se posiciona como principal opción supuestamente revolucionaria (nada más lejos de la realidad) para la archisucesión de Rajoy. Fíjense como estará el asunto que Rajoy ha preferido “retrincar” su puesto de Registrador en Santa Pola, vamos, que lo haría aunque estuviera en Kuala Lumpur.


El PSOE bastante tiene con que sus Ministros no se contradigan. Es que gobernar sin programa ni proyecto es lo que tiene, que se hace de la improvisación no un recurso, sino una costumbre. Y así quiere estar Pedrito dos añazos, ¡que Dios nos pille confesaos!


En Podemos se comenta que tiempo “a” vieron una hierba errante rodar por sus sedes, parece que la empujaba Garzón, “el desaparecido” mientras Paula e Irene amueblaban su “chocita”.


Mientras todos luchan por sobrevivir, Albert Rivera sigue protagonizando todas y cada una de las ideas para que el país pueda salir reforzado de este raro e inédito estancamiento. Siguen los de Rivera proponiendo medidas y disposiciones legislativas para llevar a efecto mejoras en el ámbito de la conciliación, autónomos y modalidades contractuales de futuro.


En un acto de la plataforma España Ciudadana, Albert propuso una idea que rechinó en los oídos del bipartidismo y de los nacionalistas. Propuso con el mejor de los criterios que para tener capacidad de representación parlamentaria en la Cámara Baja se hubiera obtenido al menos un 3% de votos de la totalidad. Una audaz medida, ya aplicada en gran parte de las democracias parlamentarias europeas, por la que se extirparía a los nacionalismos parásitos de nuestro Congreso.


Ahora es el momento de que todos, (y digo todos), se retraten y admitan que el bipartidismo ha sido el mejor socio de los nacionalismos que hoy amenazan nuestro modelo de estado.