
Dos personas calentándose los pies en la chimenea.
El truco de mi abuela aragonesa para dormir sin pasar frío en los pies: muy fácil y perfecto para este invierno
Ha llegado el frío polar a España, y para dormir bien mi abuela hace este remedio casero que consigue dejar los pies bien calentitos.
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Si alguna vez has pasado noches en vela porque el frío en los pies no te dejaba conciliar el sueño, no estás solo. Este problema es más común de lo que parece, sobre todo en invierno o en regiones frías como Aragón, donde las temperaturas pueden caer en picado.
Pero no te preocupes: nuestras abuelas, con su sabiduría de generaciones, ya tenían soluciones para mantener los pies calentitos durante las noches más gélidas del invierno. Aquí te contamos cómo hacerlo.
Antes de entrar en los remedios caseros, es importante entender por qué nuestros pies son especialmente propensos a enfriarse. Los pies tienen menos tejido muscular y graso que otras partes del cuerpo, lo que los hace menos eficientes a la hora de generar y retener calor. Además, en situaciones de frío extremo, el cuerpo reduce el flujo sanguíneo a las extremidades para proteger órganos vitales, dejando los pies (y también las manos) más fríos.
Trucos para mantener los pies calientes por la noche
A continuación, te compartimos algunos remedios caseros efectivos que han pasado de generación en generación y que, además de ser prácticos, no requieren grandes inversiones. Mi abuela, ahora en invierno, suele hacerlos todos para optimizar el efecto, pero poniendo en práctica uno de ellos notaras el calor de inmediato.
1. Calcetines de lana o algodón natural
Un consejo sencillo pero efectivo es usar calcetines de materiales naturales como la lana o el algodón. Estos tejidos permiten que la piel respire y al mismo tiempo mantienen el calor corporal. Las fibras sintéticas no son tan eficaces para retener el calor y pueden generar humedad, que empeora la sensación de frío. ¡Ojo! Evita calcetines apretados, ya que dificultan la circulación sanguínea y empeoran el problema.
2. Botellas de agua caliente: el clásico de clásicos
No hay remedio más universal que una buena botella de agua caliente. Llena una botella térmica con agua caliente (no hirviendo) y colócala en la cama unos minutos antes de acostarte. Puedes envolverla en un paño para evitar quemaduras y asegurar una distribución más uniforme del calor. Este método no solo calienta los pies, sino que crea una sensación general de confort.
3. Infusiones de plantas que mejoran la circulación
Las infusiones de jengibre, canela o romero no solo son deliciosas y reconfortantes, sino que también estimulan la circulación sanguínea. Beber una taza de estas infusiones antes de dormir te ayudará a entrar en calor desde el interior. Como toque adicional, puedes combinar este hábito con un masaje en los pies utilizando un aceite caliente, como el de almendras o el de oliva, para mejorar el flujo sanguíneo.

Mujer tomando infusión caliente
4. Baño de pies caliente con sal marina
Antes de acostarte, sumerge los pies en un recipiente con agua caliente y sal marina durante 10-15 minutos. La sal ayuda a relajar los músculos y mejora la circulación, mientras que el agua caliente eleva la temperatura de los pies. Una vez que termines, sécalos bien y ponte calcetines para mantener el calor.
5. Truco de las plantillas de lana o fieltro
Si los pies fríos son un problema recurrente, considera usar plantillas de lana o fieltro en tus zapatillas de estar por casa o incluso en los calcetines. Estas plantillas crean una barrera aislante que ayuda a conservar el calor.
Consejos adicionales para un sueño cálido y reparador
Además de los trucos anteriores, hay algunas prácticas generales que pueden marcar la diferencia:
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Evita acostarte con los pies fríos: Si tus pies ya están fríos cuando te metes en la cama, te costará más entrar en calor. Dedica unos minutos a calentarlos previamente.
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Mantén la habitación a una temperatura cómoda: Aunque no es recomendable abusar de la calefacción, una habitación demasiado fría puede dificultar la regulación térmica.
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Usa ropa de cama adecuada: Una manta térmica o edredón de plumas puede ser tu mejor aliado en noches muy frías. Un pijama gordo también es muy recomendable, este de Lidl solo cuesta 9,99 euros.
Mantener los pies calientes por la noche mejora tu confort, y sobre todo la calidad del sueño. Los trucos y remedios caseros de nuestras abuelas son una prueba de que a veces las soluciones más simples son las más efectivas. Sigue estos consejos y despídete de las noches en vela por culpa del frío en los pies. Tu cuerpo (y tus sueños) te lo agradecerán.