
Abuela.
Esta receta solo tiene cuatro ingredientes y era la cena favorita de mi abuela aragonesa: ideal para el invierno
Es una receta muy sencilla que preparaba mi abuela los días más fríos para entrar en calor.
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La cocina y platos típicos de Aragón en general, tienen un importante hueco dentro del recetario español principalmente gracias a platos tan populares como el ternasco, el pollo al chilindrón o el turrón de guirlache entre otros. No obstante, hay platos típicos entre los favoritos de las abuelas aragonesas que se desconocen y son auténticos manjares perfectos para el invierno con la bajada de temperaturas.
En este caso hablamos de uno de esos tesoros gastronómicos que calienta en otoño e invierno, y en mi caso no solo el cuerpo, sino también el corazón por traerme dulces recuerdos de la casa de mi abuela.
La receta sencilla que solía cenar mi abuela casi todos los días, son las sopas de ajo. Esta receta es tradicional es muy común en Aragón, particularmente en la gastronomía turolense. En este plato de cuchara solo hay 4 ingredientes, sencillos que se encuentran fácilmente en todas las despensas.
Esta receta sencilla y llena de sabor sigue presente en el recetario actual a pesar del paso del tiempo y prácticamente fiel a la receta original. Además, también destaca por tener ingredientes ricos en nutrientes esenciales, los cuales aportan vitaminas, minerales y antioxidantes necesarios para un buen funcionamiento del organismo.
Todo ello, sumado también a los compuestos con propiedades antiinflamatorias que contiene el ajo y que también ayudan a reducir la inflamación en el cuerpo. De hecho, el consumo de esta sopa se vincula a beneficios para la salud cardiovascular al ayudar a reducir la presión arterial.
Cómo hacer la sopa con ajo aragonesa
La sopa de ajo aragonesa es uno de esos platos sencillos que no solo reconforta cuando los termómetros bajan, sino que también permite aprovechar ingredientes básicos que solemos tener en casa.
Solo se necesitan cuatro ingredientes:
- Aceite
- Ajo
- Pan
- Caldo de verduras
Para empezar, basta con calentar una olla y echar seis cucharadas de aceite. Una vez el aceite esté caliente, añade seis dientes de ajo cortados en láminas finas y sofríelos a fuego medio hasta que se doren ligeramente, liberando todo su aroma y sabor.
Cuando los ajos ya estén dorados, llega el momento de añadir media barra de pan duro cortado en rodajas de aproximadamente un centímetro de grosor. Remueve bien para que el pan se impregne completamente del aceite y del sabor del ajo.
A continuación, agrega un litro de caldo de verduras bien caliente y deja que todo se cocine a fuego medio durante unos diez minutos, justo el tiempo necesario para que el pan se ablande por completo y los sabores se mezclen perfectamente. Recuerda ajustar la sal según tu gusto, aunque es mejor ir probando para no pasarse.
Mi abuela no solía hacerlo, pero en Aragón algunos añaden un huevo al final. Simplemente rómpelo directamente en la olla y remueve con una cuchara para que el huevo se cueza de manera uniforme y se deshilache por toda la sopa.
Esta sopa tan característica de los meses fríos en casa de mi abuela, es sencilla y perfecta para disfrutar de la gastronomía tradicional y entrar en calor los días más fríos del invierno.