Foto antigua de Cristian Álvarez.

Foto antigua de Cristian Álvarez. Real Zaragoza

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El momento que marcó un antes y un después en la trayectoria de Cristian Álvarez en el Real Zaragoza

En su despedida, el portero repasó alguno de los momentos más especiales y más duros con el equipo maño.

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La resaca por la despedida de Cristian Álvarez continuará días y semanas en la atmósfera del Real Zaragoza. En el horizonte está su especial homenaje el próximo encuentro en La Romareda, el 16 de febrero frente al Burgos. Un día que será bonito, emotivo y que el portero guardará para siempre en su memoria.

Así lo expresó este martes en el acto de despedida ante sus compañeros, gente del club y medios de comunicación. Durante esta ceremonia, Cristian repasó algunos de los momentos vividos con el Real Zaragoza. Tan solo unos de los cientos que ha disfrutado y es que 236 partidos y casi 8 años dan para mucho.

Cristian es el mayor ídolo de la época reciente del Real Zaragoza, la más oscura y difícil del club. Por eso, muchos de los recuerdos han sido menos dulces, pero todos importantes para llegar hasta donde lo ha hecho.

Al tener que elegir un momento clave, que fue un antes y un después para él, se remonta a un encuentro en El Molinón en la temporada 2017/18, la primera en la entidad blanquilla. Era el mes de diciembre y el Real Zaragoza venció 0-1 gracias a un gol de Julián Delmás.

Ese partido se clavó en la memoria de Cristian: “Venía jugando todos los partidos desde la jornada 5, era la jornada 18. Sentía que me estaba quedando sin fuerzas, que me agarraban los fantasmas, pensaba que no iba a poder". 

"Había hecho un buen partido, marcamos y faltando cuatro minutos pitan un penalti en contra. Ahí el mundo se me vino abajo. Para mí en ese momento era una tragedia. Hice una doble parada y ahí aprendí que si lo intentas de verdad, con el corazón, te quedas sin fuerza, pero si lo intentas de verdad, viene la magia y te saca para arriba. Fue un momento clave, de los más importantes. Le tengo cariño y lo pienso siempre", explicaba el rosarino.

De un momento decisivo en su carrera, al golpe más duro. Aquel gol de Diamanka en la semifinal del playoff ante el Numancia. Un tanto que dejaba sin final al Real Zaragoza, y por tanto, sin ascenso directo, en la misma campaña que el anteriormente mencionado partido.

“Habíamos hecho una temporada maravillosa, éramos un equipazo, un grupo fantástico. He pensado si me tiraba antes, salía antes... Le di muchas vueltas. Ese día nos quedamos en La Romareda después del partido y la gente no se quiso ir. Tuve claro que quería seguir. Me hizo estar seguro de continuar. Igual hubiera sido diferente y no estaría hoy aquí”.

La esencia de La Romareda

La conexión de Cristian Álvarez con La Romareda será algo difícil de repetir… Sin duda, son muchos momentos y partidos los que ha pasado el guardameta entre esos tres palos de Gol Norte y Gol Sur.

“En La Romareda pasaron tantas cosas, tantos partidos... Recuerdo lo fuerte y desolador que fue jugar sin gente. Ahí caes en la cuenta de lo que significa La Romareda cuando quiere y te quiere. Y recuerdo momentos de las segundas partes cuando La Romareda se incendia, te lleva en volandas, y se pone con ganas de empujar y llevar al equipo, incluso cuando critican al árbitro y te rompen el oído. Es lo más lindo que hay”, reflexionaba.

“Me llevo un montón de cosas, no hay paradas o momentos puntuales, me llevo todas las emociones y verdad que pasan en los 90 minutos en el estadio”.