
Cristian Álvarez en su despedida. Real Zaragoza
Cristian Álvarez se despide entre emoción y cariño: "Ser el portero del Real Zaragoza me lo ha dado todo"
Este martes se ha celebrado el acto de despedida del portero argentino con la presencia de todos sus compañeros y miembros del club.
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No es un adiós, sino un hasta luego, pero la retirada de Cristian Álvarez como jugador del Real Zaragoza duele mucho. El argentino, una leyenda de tamaño incalculable y zaragocista como pocos, cuelga las botas, en su caso, los guantes. Pone fin a su carrera tras 236 partidos con el Real Zaragoza, el club que lo ha sido todo para él.
Un ídolo como él merece una despedida a su altura. Por eso, el próximo 16 de febrero se hará un homenaje en La Romareda, uno que sabe que se llevará para toda la vida. Pero antes, este martes, Cristian ha dado su última rueda de prensa. La expectación era máxima y el portero no ha estado solo.
Todos sus compañeros de la plantilla, cuerpo técnico y miembros del club. Entre ellos, Miguel Ángel Ramírez, Fernando López y Juan Carlos Cordero. También el presidente de la Federación Aragonesa de Fútbol o la directora general de deportes del Gobierno de Aragón.
La llegada de Cristian desataba los aplausos en la sala y al protagonista de la tarde ya se le veían los ojos luminosos.
Primero, el director general del Real Zaragoza, Fernando López, expresaba el agradecimiento del club al argentino: “Lo que significas para la ciudad es mucho más grande que el número de partidos. Es un privilegio seguir contando contigo”.
Posteriormente, se proyectaba un emotivo vídeo con imágenes de su trayectoria en el Real Zaragoza desde su llegada. En este se observaban paradas majestuosas y grandes momentos vividos por el futbolista.
👏🏼💙 Con aplausos y emoción ha finalizado la despedida de Cristian Álvarez como jugador del @RealZaragoza pic.twitter.com/rD3iuCXvhe
— El Español de Aragón (@elespanolaragon) February 4, 2025
“Para un tío de Rosario es demasiado”, ha comenzado Cristian casi sin palabras. Se dirigía a todos los presentes, compañeros, amigos, prensa y gente del club para darles las gracias y admitir que querría abrazar a todos uno por uno, así como a toda la afición.
Honesto, sincero y trasparente como ha sido siempre, Cristian Álvarez reconocía que no tenía nada preparado y que todo lo que tenía que expresar lo hizo en la carta publicada en redes para anunciar su retirada.
Ante esa decisión, el excapitán del Real Zaragoza señala que surgió a raíz de la última lesión, pero durante los seis meses anteriores tenía “la esperanza de jugar”. “Me lo tomé en serio, quería jugar, tener la oportunidad. Físicamente y mentalmente me fui mermando”, expresaba al explicar su adiós.
Además, considera que lo más bonito que se lleva es conocer a la gente, haber aprendido a dejar la exigencia y el ego de un futbolista para empatizar y mirar a su alrededor, tratar de ayudar al resto. De ahí el inicio de su nueva etapa dentro del organigrama del Real Zaragoza. “Estoy bien, estoy contento”, asegura.
En ese sentido, sin expectativas todavía, justifica que quiere encontrar su lugar dentro del club. “Me encantaría acompañar al Real Zaragoza desde otro lugar que todavía no sé, y poder verlo crecer. Vienen años fenomenales. Quiero que se genere un aura de positividad, de que La Romareda sea nuestro fortín. Que salga el zaragocismo más lindo”, sumaba.
Espina del ascenso
Cristian Álvarez siempre ha manifestado y declarado que su sueño no es otro que ascender con el Real Zaragoza. Ahora, se retira sin cumplir ese objetivo, pero no siente que se le quede ninguna espina clavada. “Jugué 236 partidos. Lo disfruté mucho, cada vez que entraba a La Romareda era una locura, una montaña rusa de emociones cada semana. Ser el portero del Real Zaragoza me lo dio todo. Perseguí y perseguimos el ascenso, lo intentamos. No me quita mérito ni a mí ni a nadie. Voy a estar ahí cuando ascendamos y me sentiré parte”, asegura convencido.
Sin duda, el Real Zaragoza y la ciudad marcó un antes y un después en la carrera del jugador, pues vivió una evolución personal gracias a la gente que se encontró en el camino. “He conocido personas importantes y amigos que han hecho que me arraigue más y más. Conforme pasaban los años, fui descubriéndome a mí mismo. La ciudad es parte de mí”.
Tampoco ha faltado un mensaje para sus compañeros, en el que Cristian no pierde su esencia: "Les digo que disfruten del fútbol. Lo más lindo del mundo es ser futbolista (ser portero) salir a la cancha y jugar. Por más que se sienta presión o miedo, porque ser futbolista tiene una parte mala que sabemos, pero es lo más lindo. Disfrútenlo”.
Muestras de cariño y agradecimiento desbordadas a las que Cristian no ha podido responder todavía. “Me encontré superado”, reconoce. No obstante, admite que quiere leer todos los mensajes y devolver el cariño.
Por último, y antes de recibir el manto de la Virgen del Pilar de las manos de Fernando López, trataba de explicar qué es para él el Real Zaragoza y el zaragocismo.
“Me encantaría explicarle a mi hijo qué es el Real Zaragoza con recuerdos de mi vida y mi infancia. Es un club. No son victorias ni títulos. Es tu papá llevándote al campo, tu familia, tu abuelo, tus amigos, tomarte una cerveza e ir a la cancha... Podemos darle vueltas de 13 años en Segunda o la Recopa, pero todo se reduce a lo que disfrutas con la gente que quieres. El zaragocismo es ser de verdad”, concluía.