
Croquetas de jamón, en una imagen de Shutterstock.
Mi abuela alicantina y Karlos Arguiñano coinciden: el secreto para que la bechamel de las croquetas esté siempre cremosa
El reconocido chef revela un truco infalible para mantener la bechamel suave y cremosa, evitando que se endurezca.
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Las croquetas son ese pequeño placer gastronómico que despierta recuerdos de infancia, comidas familiares y recetas heredadas de generación en generación. No son solo un bocado delicioso, sino también una prueba de habilidad culinaria, donde cada detalle importa. Aunque parecen sencillas, hacer unas croquetas perfectas es todo un arte.
El verdadero secreto de unas croquetas irresistibles no está solo en el relleno, sino en la base que lo une todo: la bechamel.
Lograr que esta crema tenga la textura ideal —ni demasiado líquida ni excesivamente espesa— es clave para obtener croquetas melosas y suaves. Y aquí es donde el conocimiento tradicional y los trucos de los expertos marcan la diferencia.
Desde las abuelas alicantinas hasta chefs como Karlos Arguiñano, todos coinciden en que el éxito de la croqueta depende del cuidado en la preparación de la bechamel.
Un consejo que nunca falla para mantener su cremosidad es regarla con un poco de leche antes de enfriar la masa, evitando así que se forme esa temida costra en la superficie.
Para lograrlo, Karlos Arguiñano recomienda "regar la bechamel con un buen chorro de leche" antes de guardarla en la nevera. De esta manera, se evita que la masa esté demasiado compacta al día siguiente.
Cuando vayas a usarla, caliéntala ligeramente y remueve bien con una varilla hasta que la leche se incorpore completamente a la mezcla. Así, la masa recuperará su textura ideal y será mucho más fácil de manejar.
Ingredientes
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100 g de mantequilla
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100 g de harina
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1 litro de leche entera
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150 g de jamón serrano picado
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Sal, pimienta y nuez moscada al gusto
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2 huevos
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Pan rallado
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Aceite de oliva para freír
Pasos a seguir
Como sabores de croquetas, hay tantos como paladares. A continuación, nos centraremos en la receta de la croqueta más tradicional: la de jamón.
En una sartén grande, derrite la mantequilla a fuego medio y añade la harina. Remueve constantemente durante un par de minutos para que la harina se cocine y pierda el sabor a crudo.
Poco a poco, incorpora la leche caliente sin dejar de remover con unas varillas para evitar grumos. Cocina a fuego medio hasta que la mezcla espese y tenga una textura cremosa.
Añade el jamón serrano picado, salpimenta al gusto y agrega una pizca de nuez moscada. Remueve bien y deja cocinar un par de minutos más.
Vierte la bechamel en una fuente y, siguiendo el truco de Arguiñano, riega la superficie con un poco de leche antes de cubrir con film transparente. Deja enfriar en la nevera al menos 4 horas, o mejor, toda la noche.
Con la masa fría, forma las croquetas con ayuda de dos cucharas o con las manos.
Pásalas por huevo batido y después por pan rallado.

Las croquetas son ese plato tradicional que nunca falla ShutterStock.
Fríe en abundante aceite caliente hasta que estén doradas y crujientes. Escúrrelas sobre papel absorbente y sirve calientes.
Las croquetas son un plato que combina tradición y técnica, y con pequeños trucos como el de Karlos Arguiñano, es posible llevar su textura y sabor al siguiente nivel.
La clave está en una bechamel bien trabajada y en seguir cada paso con paciencia y mimo. Con esta receta y el consejo de los expertos, lograrás croquetas caseras perfectas, listas para conquistar cualquier paladar.