
Una callejuela de la localidad.
El desconocido pueblo con encanto que debes visitar este invierno: a una hora de Alicante y solo viven 96 vecinos
Sus entornos naturales y su casco urbano con pequeñas callejuelas desprenden una tranquilidad difícil de encontrar en las grandes ciudades.
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El mes de enero es perfecto para adoptar nuevos hábitos saludables y empezar el año de la mejor forma posible.
Ya sea aventurándote en alguna de las numerosas rutas de senderismo que ofrece Alicante, apuntándote al gimnasio o simplemente explorando nuevos rincones de nuestra provincia.
Alicante es conocida por sus poblaciones con mayor densidad de habitantes y cuyos atractivos turísticos atraen a cada vez más turistas y extranjeros que eligen nuestra provincia para comenzar una nueva vida.
Municipios como Alicante o Torrevieja, cuya cifra de empadronados ya supera los 106.000 habitantes, más de la mitad de ellos extranjeros, reflejan la diversidad cultural y el gran potencial de nuestra provincia.
Sin embargo, Alicante no son solo sus grandes ciudades, sino también sus pequeñas localidades con mucho encanto que conforman el gran patrimonio histórico y natural de nuestra provincia.
Localidades como Benimassot son lugares poco conocidos a los que querrás volver una vez hayas comprobado la tranquilidad y paz que desprenden sus entornos.
Con 96 habitantes registrados en su censo, esta pequeña localidad se sitúa en la comarca del Comtat en el norte de la provincia de Alicante.
El encanto de este pequeño rincón reside en su privilegiada ubicación. Situada en pleno Valle de Seta, adquiere también el apodo de "balcón de la Serrella" debido a sus vistas impresionantes.
Además, la rodean formaciones rocosas como el Tossal Blanc, el Penyal de Cantacuc, les Covetes Roges, donde podrás ver arte rupestre.
Casco urbano
Más allá de sus vistas impresionantes, Benimassot alberga un casco urbano con mucho encanto y cuyas callejuelas desprenden una tranquilidad difícil de encontrar en las grandes ciudades.
Formado por un laberinto de calles blancas y estrechas, su núcleo urbano está formado por lugares singulares como la Iglesia de la Inmaculada Concepción, así como las fachadas de las casas de antaño, que han preservado su encanto original.
Gastronomía
Tras patear todo el pueblo y quizá tras adentrarte en alguna de las rutas de senderismo de la zona, no hay nada mejor como un buen plato tradicional en el bar de pueblo.
Una experiencia que puedes vivir en el Bar Benimassot, donde podrás probar desde platos y tapas tradicionales hasta platos más elaborados como la tradicional olla amb pilotes de dacsa con pelotas y legumbres, arrós al forn y coquetes fregides.