José María llegando a los juzgados.

José María llegando a los juzgados. Morell EFE

Elche

José María mató a su mujer y a sus hijos de 2 y 6 años con una maza: 20 años del crimen que conmocionó Elche

El hombre había consumido alcohol y cocaína y tras asesinar a su familia se perfumó y se fue a un prostíbulo.

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Alicante
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Elche ha sido escenario de algunos de los peores crímenes de lo que va de siglo en la provincia con tres parricidios. Uno de los más crueles y despiadados ocurrió hace 20 años y aún hay ecos de la conmoción que causó en la localidad aquel abril de 2005.

Fue en la madrugada del 13 de abril de 2005 cuando José María M.N., de 35 años en el momento de los hechos, mató a su mujer de 34 años y a sus hijos de 6 y 2 años a sangre fría mientras dormían utilizando una maza metálica con la que les golpeó repetidamente en la cabeza.

Los acontecimientos del trágico día comenzaron cuando el asesino salió de su trabajo en una obra del barrio de Villafranqueza, en Alicante, en el vehículo de la empresa tras haber consumido alcohol y un gramo de cocaína.

Era la una de la madrugada y se dirigió a su domicilio, ubicado en el número 62 de la calle Pablo Picasso, en el barrio de El Pla, provisto de una maza que habitualmente usaba para su labor.

El cruento crimen, más propio de una película de terror, comenzó cuando llegó a la vivienda con la convicción de acabar con la vida de su propia familia, sangre de su sangre.

Subió a su casa y se dirigió directamente, maza en mano, a la habitación de matrimonio. Allí su esposa descansaba en la cama con su hijo mayor, Vicente, mientras que el pequeño José María reposaba en la cuna.

El parricida encendió la luz del baño contiguo cuidadosamente, procurando no despertar a su familia y, acto seguido, acabó con ellos uno por uno. Empezó por su mujer, luego le llegó el turno a Vicente y después, ya sin nadie para protegerlo, fue a por el bebé.

El magistrado acreditó en el juicio en 2008 que, al actuar de esta manera, el condenado impidió "cualquier tipo de defensa" por parte de su familia. Las autopsias demostraron que no había signos externos de resistencia, lo que confirma que el criminal les atacó por sorpresa.

Tras asestar los golpes fatales sobre sus cabezas, fue al cuarto de baño, metió la maza bajo la ducha y se aseguró de que no se hubiera manchado el mono con gotas de sangre, que se camuflaban con el color de la prenda.

Según la sentencia, José María tuvo la sangre fría de perfumarse y salir de la casa al encuentro de dos compañeros que le esperaban en las proximidades del domicilio y quienes desconocían lo ocurrido, dejando allí los tres cadáveres.

Ajenos a la atrocidad que acababa de cometer, los tres pusieron rumbo a un club de alterne. En concreto, se dirigieron al club Liberty, donde el acusado mantuvo relaciones sexuales.

Después hizo varios desplazamientos por el municipio hasta llegar a la pedanía ilicitana de Torrellano, donde fue identificado y detenido por la Policía cuando iba a comprarse unos zapatos en una tienda.

Cegado por "el pecado"

"El pecado me alcanzó", fueron las palabras de José María para explicar al juez qué se le había pasado por la cabeza aquella noche. Aseguró no acordarse de nada y haber mezclado cocaína y alcohol, un cóctel que le volvía "loco" y lo hacía presa de Satanás.

Añadió que había perdido hasta tal punto la cordura que no era él el dueño de sus actos y que había pensado matar a medio Elche. Si bien señaló que lo que había hecho no tenía "justificación".

En este caso, los psiquiatras del Instituto de Medicina Legal de Alicante afirmaron también que el parricida "cometió los crímenes con consciencia, en un hecho planificado y con intencionalidad", por lo que se le aplicó la pena máxima solicitada por la Fiscalía y fue condenado a 54 años de prisión, 18 por cada asesinato, de los que solo tendría que cumplir 25 años.

La sentencia manifestaba que no fue un episodio de locura, sino que fue un acto ideado con la excusa de "no hacerles sufrir" por su eventual recaída en las drogas, de las que había sido habitual consumidor entre los años 1999 y 2001.

Este crimen tiñó de luto la ciudad y 3.000 ilicitanos se concentraron en la Plaça de Baix a modo de pésame para los familiares de las víctimas y para condenar uno de los episodios más oscuros que se recuerdan en Elche.

José María no llegaría a cumplir su castigo, ya que falleció tras 12 años de condena cumplidos en la prisión de Mansilla de las Mulas, en León, en enero de 2021.