Imagen de archivo de dos agentes de la Policía Nacional.

Imagen de archivo de dos agentes de la Policía Nacional. EFE

Alicante ciudad

Escala un árbol para robar en una parroquia de Alicante, rompe el techo y acaba detenido

El ladron fue arrestado con objetos de valor mientras rebuscaba en la sacristia en el recinto del barrio Sidi Ifni-Nou Alacant.

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Alicante
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Un hombre ha sido detenido por robar en una parroquia del barrio Sidi Ifni-Nou Alacant tras escalar por un árbol y entrar por una claraboya de la tercera planta, rompiendo el techo del confesionario en su intento.

El pasado mes de enero, unos testigos vieron movimientos estraños con la caída del sol dentro de una parroquía, que mantenía las luces encendidas.

Una patrulla de la Policía Nacional se acercó a inseccionar el lugar. El párraco les abrió la puerta y nada más entrar descubrieron puertas dañadas y cerraduras rotas.

Según fuentes policiales, al investigar en el interior, los agentes descubrieron a un hombre "con las manos en la masa" en la sacristía tratarndo de buscar objetos de valor.

Al arrestarlo, se descubrió que había robado monedas y el portaviático. El varón, que tenía numeroso antecedentes por delitos contra el patrimonio, entre otros, en zonas como Denia, Jávea, Alicante y Benidorm, había entrado por una claraboya.

El ladron escaló un árbol cercano a la parroquia y salto a la claraboya de la tercera planta, en su intento de bajar de planta, cayó y romió el techo del confesionario. Por estos hechos, fue detenido y puesto a disposición judicial.

Robos en iglesias

Los robos en iglesias y parroquias en Alicante no son fenómenos extraordinarios. Cada año las autoridades detienen a varios ladrones que tratan de hacerse con objetos de valor de la estos recintos.

Por ejemplo, el pasado 2022 se detuvieron hasta nueve personas en una misma operación acusadas de cometer 20 robos en iglesias y alguna residencia de mayores de Alicante, Murcia Almería y Granada, donde se hacían con la recaudación de los cepillos y con joyas litúrgicas y de las que adornan las imágenes religiosas.

Los robos comenzaron en localidades cercanas a sus domicilios y poco a poco fueron ampliando su área de actuación hasta llegar a Alicante, Almería y Granada.

Así, por ejemplo, los más jóvenes de la banda eran los que entraban por las ventanas de las iglesias al ser más ágiles y delgados, y otros eran los encargados de peritar las joyas y llevarlas a casas de empeño.

El dinero sustraído lo gastaban en casas de apuestas y fiestas, y hasta se dio el caso de uno de los principales implicados de la trama que se alojó con su novia durante más de una semana en un hotel de cuatro estrellas de Murcia y gastó 10.000 euros allí.