Antonio Plana, jefe de APD Security Iberia, a la izquierda, con un compañero.

Antonio Plana, jefe de APD Security Iberia, a la izquierda, con un compañero.

Alicante

Un desokupa de Alicante habla de la situación de la vivienda: "Tengo 20 meses de lista de espera y necesitan ayuda"

Un mediador revela la alta demanda de los servicios de desalojo en los últimos años y lo que hay detrás de cada actuación.

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Ante la preocupación de muchos propietarios por sufrir una okupación y la odisea de recuperar su vivienda, el experto Antonio Plana, jefe de la empresa APD Security Iberia de Alicante, cuenta lo que hay detrás de los procesos de desalojo.

El desokupa asegura que la demanda para contratar servicios de mediación por okupación está en aumento y que, en su propia empresa, han tenido que dejar de atender solicitudes.

"No cogemos más casos porque tenemos más de 20 meses de espera para poder actuar en una desokupación y tratar de recuperar la vivienda", asegura.

Entre los demandantes hay un nutrido grupo de solicitantes que va desde personas mayores hasta propietarios con segundas viviendas, fondos de inversión y empresas privadas.

"Nosotros ya no atendemos a fondos ni a empresas privadas y nos centramos más en particulares, personas mayores o en situación complicada que necesitan de verdad la vivienda", añade.

"Hay personas vulnerables que necesitan esa casa, que necesitan ayuda. Me imagino que podría ser mi madre o mi abuela la que estuviera en esa situación", reflexiona el experto.

Estos procesos suponen una "responsabilidad", pues en muchos casos los propietarios desesperados ponen sus últimas esperanzas en sus manos tras meses o incluso años de lucha infructuosa.

Dificultades

Pero estos servicios no son sencillos y, además de los problemas de la propia negociación, se suman trabas externas que ralentizan el proceso.

Una de las más frecuentes son "las manifestaciones de asociaciones de okupas. Son gente que dice que lucha por los intereses de las personas y por los derechos humanos sin ni siquiera conocer al okupa".

Plana afirma que la mayoría de estas personas "no han trabajado en su vida y se plantan con pancartas. No solo molestan a la Policía o a nosotros, también a los vecinos que quieren entrar en los edificios".

Para él, la diferencia entre su firma y otras empresas que dañan la imagen de la mediación por sus acciones violentas es "la empatía y que estudiamos cada caso perfectamente".

"No nos limitamos a poner una pegatina en la puerta. Tenemos todo perfectamente grabado y documentado para que, si el okupa nos quiere denunciar por coacciones, haya pruebas que lo desmientan", revela.

"No cometer errores es muy difícil. Todos podemos fallar. Lo intentamos evitar, claro, pero es imposible garantizar que nunca te vayan a denunciar o detener, porque este trabajo es así".

"Lo que hacemos es prepararnos lo mejor posible para evitarlo y, hasta el momento, nunca hemos perdido una demanda", concluye Plana.