• 1 de 11

    El edificio de la Opera, que parece surgir del agua como un iceberg, se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad.

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    El vínculo de la capital noruega con la naturaleza es una constante.

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    Hacer trekking, lanzarse en tirolina o darse un baño son sólo algunas de las opciones que ofrece la espectacular naturaleza noruega.

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    Oslo es una ciudad joven y cosmopolita siempre dispuesta a ofrecer un plan agradable a sus ciudadanos y turistas.

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    La vida cultural de Oslo es de una gran riqueza.

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    La gastronomía es otro de los puntos fuertes de la ciudad. La carne de reno, de alce o el bacalao servido a la manera noruega son algunas de las comidas más características de la zona.

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    También podemos encontrar muchas zonas verdes para pasear entre monumentos, montar en bicicleta o ir de picnic, como el Parque Vigeland.

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    La región de Oslo también ofrece estupendos lugares para practicar el piragüismo.

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    Las obras de arte en plena naturaleza son uno más de los atractivos que ofrece un viaje a Noruega.

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    Pistas de esquí en invierno, paisajes únicos en verano, la naturaleza de esta región no deja indiferente en ninguna estación del año.

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    Las 'Hell Potholes', en el entorno del monte Espedalen.