Miguel Ángel Delgado con el primero de su lote.

Miguel Ángel Delgado con el primero de su lote. Efe

Toros

La dormidina de Flor de Jara desagua la tarde

Novena de feria. Miguel Ángel Delgado saluda la única ovación entre silencios y la nula emoción de los santacoloma.

14 mayo, 2016 22:39

Después de la corrida del viernes quedaba algo de resaca en el ambiente. El cielo gris plomo concentraba la tarde sobre Las Ventas como un invernadero suave. Hubo también plomo en la sangre de los Santa Coloma. Una corrida en stand-by.

Flor de Jara no pudo lidiar seis toros en Madrid. Sólo cuatro pasaron el reconocimiento, una escalera de grises los tres primeros y el negro como estampa y perfil de toro antiguo. Completó San Martín por el mismo palo.

Fernando Robleño se encontró con el agua en calma de su primero, dormido desde el inicio. Acostumbrado el matador a otras marejadas, estuvo fácil con ambas manos. No hubo atisbo de entrega en el cárdeno. Tiró algún cabezazo suelto y se paró al final. La distancia no lo empujó. A Robleño, con un vestido que recordaba a los clásicos de Esplá, se le fue la mano con la espada y lo pasaportó con un metisaca en los bajos.

El cuarto, el último del hierro titular, llevaba algo más dentro. Aunque lo que sacó fue el aire del primero. Indagó Robleño con el zapatillazo, atacando, y logró algún pasaje estimable por la derecha. Podido el toro pulsó definitivamente el off. A esas alturas de la tarde la dormidina ya caía sobre los tendidos. Desenfreno de bostezos.

La única ovación entre el valle de silencios la saludó Miguel Ángel Delgado. Saludaron también Robles y Fernando Sánchez en banderillas. El sevillano se puso con la izquierda en el centro y citó a 'Limeño', que no pasaba. Tomó la muleta a saltos, con algún tornillazo. Por la derecha humilló algo y tuvo cierto recorrido sin llegar a nada. Un boceto de embestida. Cuando no veía muleta sacaba el ímpetu, mentiroso, y se lanzaba. No dejó cruzarse al sorprendido Delgado, que tiró de espaldinas, ligó un molinete y se la jugó en las bernadinas.

El quinto, lucero, calcetero y cárdeno, miraba por encima de las esclavinas a toreros y subalternos, asomado al hombre. Quitó por delantales Silveti y se abrió por estatuarios Delgado. Montado el bicho de San Martín, tuvo que tragar en los embroques el joven matador. Faltó algo de acople en las primeras series. El peligro no se tradujo en emoción. Sin entrega, se volvía en las manos. Una solitaria vez cogió la muleta algo más claro y soltó la cara a mitad de viaje: una cosita.

El tercero fue largo al caballo sin intención de llegar. Había soltado una tafallera y dos cordobinas Silveti para dejarlo más allá de la segunda raya. La cercanía del banderillero fue la excusa perfecta para 'Fandanguero'. Lo intentó el mexicano con el pase cambiado para levantar un poco los ánimos. Quiso cogerla rebrincado por la derecha el toro, soso por el lado izquierdo. Dos arrancadas y media tuvo sin gas. En el sexto hubo un conato de emoción cuando Diego Silveti corrió la mano derecha. Fue sofocado pronto como para no comprometer la tarde por la sangre aguada del último. Se rajó en los primeros tercios el cárdeno y se sostuvo dos tandas. Luego se paró mirando a chiqueros, lo que hizo desde salió.

FLOR DE JARA/ Fernando Robleño, Miguel A. Delgado y Diego Silveti

Monumental de las Ventas. Sábado, 14 de mayo de 2016. Novena de feria. Menos de tres cuartos de entrada. Toros de Flor de Jara, un 1º y 4º apagados, con media arrancada el 2º, soso el 3º y dos de San Martín, un 5º sin entrega y orientado y rajado el 6º.

Fernando Robleño, de azul pavo y oro. Metisaca en los bajos (silencio). En el cuarto, pinchazo, estocada entera y un descabello (silencio).

Miguel Ángel Delgado, de lila y oro. Espadazo trasero y algo caído (ovación). En el quinto, espadazo y varios descabellos (silencio).

Diego Silveti, de grana y oro. Estocada tendida y dos descabellos. Aviso (silencio). En el sexto, estocada algo trasera (silencio).