Armas que nos hacíamos de niños y que ahora se considerarían peligrosas

Armas que nos hacíamos de niños y que ahora se considerarían peligrosas

La Jungla / Social

Armas que nos hacíamos de niños y que ahora se considerarían peligrosas

En La Jungla. Echamos la vista atrás para recordar las "armas infantiles" con las que jugábamos de pequeños. Muchas estarían ahora completamente prohibidas.

24 junio, 2017 20:05

Está muy de moda comparar generaciones, es algo a lo que todos nos enfrentaremos tarde o temprano. Echando la vista atrás, y sin ánimo de ahondar en ningún tipo de polémica, comprobamos cómo los niños de antes éramos algo diferentes a los de ahora. No culpa de los niños de ahora, sino de nosotros, los padres. Los protegemos tanto que, si comparásemos los juguetes con los que jugábamos antes y con los que juegan ahora, seguro que nos echaríamos las manos a la cabeza por nuestra despreocupación infantil.

Después de los famosos "fidget spinners" hay una moda que está triunfando entre los niños chinos: la ballesta de palillos. Un ingenio a escala de una ballesta de la Edad Media que, lejos de disparar flechas, se arma con mondadientes. Quizá parezca inocente, pero un palillo bien tirado puede hacer mucho daño. De hecho, el juguete ha provocado una alerta en China: las autoridades los están retirando.

Recuerdo que esta semana vi la noticia, observé la ballesta y pensé: "Qué peligro si esto llega a España y se pone de moda entre los niños". Luego eché la vista atrás y recordé todos los artilugios que confeccionaba cuando era un chaval. La ballesta de palillos a su lado es un chiste.

Además del ejercicio de retrospección me propuse confeccionar de nuevo todas las "armas infantiles" con las que jugábamos en mi pandilla. ¿Cuántas de ellas también usaste tú? Veamos.

La cerbatana con Boli Bic

Un clásico. Este icono de la papelería no solo se utilizaba para escribir o para grabar a fuego los jingles en nuestras cabezas (Bic naranja escribe fino, Bic cristal...), también nos servía como rebobinador de casetes o como cerbatana. Seguro que habrás hecho más de una guerra en clase: una vez vaciado el tubo de plástico solo había que preparar pequeñas bolitas de papel y dispararlas. Además, había variantes bastante más cafres; como añadir la aguja de un portaminas a la bolita de papel (no lo hagáis en casa).

Tirachinas con goma elástica

Las gomas elásticas sirven para todo, también para convertirse en un tirachinas con solo sujetarlas con los dedos. Basta un papel enrollado para hacer de proyectil y utilizar la goma como tirachinas: este inventazo era la pesadilla de los profesores. Y de los hermanos pequeños...

Tirachinas con carpeta

Variante del modelo anterior en la que se pueden aprovechar los mismos proyectiles de papel. Con una mecánica muy simple: aprovechando el cierre elástico de las carpetas, basta con estirar de la goma con un papel doblado, soltar y... Más de un castigo me llevé yo con esto.

Cerbatana

Ascendemos en peligrosidad con una cerbatana que se podía hacer con un simple tubo. De metal, el de plástico que tienen los recogedores... Solo hay que soplar por un extremo cuan indígena del Amazonas después de haber preparado unos proyectiles de papel. Es más peligroso de lo que parece: mi hermana recordará toda su vida uno de estos dardos.

Soplamocos, tirapedos o tirachinas de globo

¿Qué ocurre cuando atamos un globo al cuello de una botella recortada de refresco? Pues que se convierte en un tirachinas capaz de lanzar desde pequeñas piedras a legumbres. Funciona genial con garbanzos, por ejemplo. Y hace mucho más daño de lo que parece.

Ballesta de pinzas

Trasladando el espíritu de las armas más primitivas tenemos este ejemplar que se puede hacer con un listón de madera, gomas elásticas y dos pinzas. Recuerdo haber evolucionado este arma utilizando listones más anchos para poner en línea varios disparadores. Un revólver casero infantil capaz de alcanzar el objetivo a unos cuantos metros de distancia.

Tirachinas

Todos lo conocemos y, seguramente, también habremos disparado con él. Bastante peligroso según las gomas que se le pongan; y sencillo de hacer con solo algo de maña. Íbamos a una fábrica de vulcanizados que había cerca de mi casa a por las gomas: aquellos tirachinas hacían historia. Y polvo, también hacían polvo.

Recuerdo otras armas bastante más peligrosas que todos mis amigos conocíamos, y eso que no había YouTube. Una ballesta más devastadora que la de palillos que se podía construir con una madera y el asa de metal de un cubo; o un arco construido a partir de la rama verde de un arbusto que utilizaba para disparar flechas de junco con la punta armada de alambre enrollado. 

¿La infancia de antes era más peligrosa, éramos más despreocupados o es que, simplemente, eran otros tiempos? Mientras lo pienso voy a recuperar el tiempo perdido con todo el armamento que me he fabricado hoy.