Un hombre en pleno 'manspreading' en el Metro.

Un hombre en pleno 'manspreading' en el Metro. EFE

La Jungla / Social 'Manspreading'

El descacharrante hilo que explica que ninguna razón fisiológica justifica el despatarre masculino

En la Jungla. Un joven biólogo desmonta en Twitter el argumento de que los hombres necesitan tener las piernas separadas por culpa de sus genitales.

9 junio, 2017 13:12

El 'manspreading' o despatarre masculino -tal y como recomienda la Fundéu- se ha convertido en la palabra de la semana. Esta práctica, que alude a la forma de sentarse de muchos hombres, sobre todo en el transporte público, está en boca de todo el mundo después de que el Ayuntamiento de Madrid haya hecho caso a la petición del colectivo 'Mujeres en Lucha', que quería que se incluyeran carteles contra el 'manspreading' en autobuses y vagones de metro. 

La confirmación de la noticia ha provocado un intenso debate. ¿Se trata de una práctica machista o, simplemente, es una muestra más de chabacanería y mala educación? Entre los argumentos de los defensores del despatarre está la fisiología masculina. Esto es: que los hombres necesitan tener las piernas abiertas para que nuestros genitales se aireen y los testículos tengan una temperatura inferior a la del resto del cuerpo. Una argumento falaz -al menos en parte- que Rafa de la Rosa, un joven biólogo y escritor sevillano residente en Bilbao, ha desmontado en Twitter gracias a un genial hilo que en menos de 24 horas ha conseguido más de 3.200 retuits. 

De la Rosa reconoce que los testículos se encuentran en la bolsa escrotal porque, efectivamente, requieren una temperatura inferior al resto del cuerpo. Sin embargo, despatarrarse no ayuda a que los "cataplines" vayan más aireados.

"Había muchos hombres quejándose de la imposibilidad de tener las piernas cerradas, pero yo en ningún momento digo que haga falta tener las rodillas juntas. Tenemos una separación natural de 10 centímetros. Ese hueco fisiológico, que nos permite andar, sería el mismo que deberíamos mantener en un transporte público", explica desde el otro lado del teléfono este joven de 24 años que actualmente se encuentra preparando su tesis en Neurobiología. 

Así lo explicaba él mismo en Twitter.

Ese ángulo de separación al que este bilbaíno alude es el mismo que se debería mantener cuando estamos sentados, "con un hueco más que suficiente para 'todo'", tal y como argumenta Rafa.

De la Rosa considera que el 'manspreading' evidencia falta de civismo, pero el hecho de que haya una mayor proporción de hombres que de mujeres que se despatarren en público demuestra, además, que hay una causa machista detrás. "Si argumentamos que no hay ningún tipo de influencia machista, se despatarrarían como los hombres. Y no es así. Porque a ellas se les ha dicho siempre que sentarse con las piernas cerradas es de señoritas", critica. 

Tampoco el argumento de la sudoración masculina es válido.

El hilo de este biólogo, escrito en un evidente tono humorístico, acaba con una recomendación que se encuentra en la base de cualquier cruzada judeomasónica contra el 'manspreading': "Tengamos un transporte público cómodo para todos"