Juan, expolicía, perdió un ojo tras ser herido por un integrante del clan de Los Cachimbas.

Juan, expolicía, perdió un ojo tras ser herido por un integrante del clan de Los Cachimbas. Fernando Ruso

Reportajes Tribunales

Los Cachimba, culpables del intento de homicidio del policía al que le acuchillaron el ojo

El juez considera probado que Pedro Venegas trató de matar a Juan Cadenas jaleado por los gritos de sus hermanos. La víctima, descontenta con el resultado.

9 marzo, 2017 20:16

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“He perdido la confianza en la justicia”, relata cabizbajo Juan Cadenas, el policía de Puerto Serrano que perdió un ojo en una reyerta con los hermanos Cachimba en mitad de la jefatura. La Sala Octava de la Audiencia Provincial de Cádiz ha condenado a Pedro, el mayor de los hermanos Venegas, a 13 años de prisión por el intento de homicidio contra el agente.

La sentencia, a la ha tenido acceso EL ESPAÑOL, confirma uno a uno los hechos que el propio Cadenas narró a este periódico meses antes de celebrarse el juicio. El juez considera probado que Jorge Venegas repelió su detención a “empujones y manotazos” después de conducir a toda velocidad por las calles de Puerto Serrano. También que los hermanos José y Pedro fueron a la jefatura a liberarlo. Y que ahí, Pedro cogió un cristal de la puerta que él mismo abrió a patadas y que, tras un forcejeo con los agentes, clavó en el ojo de Juan Cadenas. Momento en el que todos los Cachimbas presentes en la comisaría jalearon al mayor para que lo rematase.

El agente Cadenas, policía local en Puerto Serrano, perdió un ojo en la noche del 17 de enero de 2015, pero pudo perder la vida. “Ahora leo la sentencia junto a mis hijos y me enfado, sí, me enfado; pero estoy con mis hijos, tengo vida para estar con ellos y dentro de lo que cabe soy un afortunado”, concreta el agente a EL ESPAÑOL poco después de que se hiciese pública la rápida sentencia. El tribunal solo ha necesitado dos semanas para dirimir los hechos que cambiaron la vida de Juan.

Hechos para los que la Fiscalía pedía de 18 a 32 años de cárcel para unos agresores, los hermanos Venegas, que suman una retahíla de acusaciones entre los que se incluyen homicidio en grado de tentativa, conducción temeraria, resistencia, allanamiento con violencia, atentado contra agente de la autoridad y lesiones. Al final, la sentencia ha sido más laxa de lo que el propio Cadenas se imaginaba.

DE 32 AÑOS A 13, UNA SENTENCIA LAXA PARA JUAN

Los 32 años que el Ministerio Público y la acusación particular pedían para Pedro Venegas se han quedado en 13; los 18 de José, en ocho años y diez meses; y los 14 de Jorge, en ocho y seis meses. La Sala ha desestimado los atenuantes presentados por la defensa pero sí ha considerado los agravantes de superioridad numérica y reincidencia que pedía la acusación. Así, a Pedro, como autor de un delito de homicidio en grado de tentativa, también le impone una orden de alejamiento del policía Cadenas de 200 metros durante 19 años. Tanto él como su hermano José deberán también abonar solidariamente una indemnización de 360.000 euros para el agente de Puerto Serrano.

“La indemnización sí está bien pero les da igual, se van a declarar insolventes”, asegura visiblemente enfadado Juan. “El sistema está pensado para castigar a los trabajadores —sostiene—, a estos gandules los protegen”.

Desde que acabó el juicio lleva varias noches sin dormir y cuando lo hace el sueño es tan ligero que se desvela con un simple crujir de muebles. “Estoy mal y la sentencia me ha afectado más”, justifica. “Esperaba una condena inferior a lo que pedía el fiscal pero no tanto”, desgrana. “De 15 a 20 años, pero no 13”, detalla.

“HE PERDIDO LA CONFIANZA EN LA JUSTICIA”

“No es justo. He perdido la confianza en la justicia. Una persona honrada no tiene margen de error, ellos que ya han nacido delinquiendo, tienen el sistema a su favor. Y todavía tienen seis juicios pendientes”, comenta acelerado Juan, que sigue en tratamiento psiquiátrico. “Ahora no me apetece ni salir a la calle —detalla—, me gustaría irme lejos, lejos de mi pueblo, si no tuviera a mis hijos…”.

El pesimismo de Juan contrasta con el vivido durante su declaración en el juicio, al que el agente llegó respaldado por decenas de compañeros llegados de toda España. “Pasé un mal trago, pero iba diciendo la verdad y sí, salí esperanzado”, aclara. “Pero cuando llegué a casa empecé a ponerme el antídoto para esperar la sentencia; por eso no me ha defraudado, porque me lo esperaba”, confiesa.

“Se ha puesto de nuevo en evidencia que el sistema le dará una oportunidad a ellos, la misma que no me lo ha dado a mí, porque yo sigo con mi media paga”, recuerda Cadenas. Juan se refiere al dictamen del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) de Cádiz, que le otorgó una incapacidad permanente total para su profesión de policía y le haya asignado sólo un 55% de su salario el mismo día que concedía la incapacidad permanente absoluta para toda profesión con derecho a pensión del 100% de su base reguladora a José Venegas ‘el Cachimba’, su agresor.

“Ahora me dedicaré a darle charlas a mis compañeros, y les insistiré para que miren para otro lado cuando vean que con una actuación pueden poner en peligro su vida. Viendo esta sentencia, no me queda otra que recomendarles esto”, sostiene Juan.

“Estoy resignado”, comenta afectado. “Voy a pasar página”.

PENA DENTRO DEL CÓDIGO PENAL

En oposición a la tesis de su defendido, el abogado Ramón Dávila, explica a este periódico que la sentencia no es tan mala como advierte Juan. “Nosotros, y el resto de la sociedad, esperábamos una sentencia con condenas más duras, pero analizándola vemos que ha sido una resolución muy buen montada, que se ajusta a los resultados de las pruebas testificales y periciales y que recoge los hechos como nosotros los hemos contado. Y que, además, no aplica eximentes y atenuantes y confirma la de agravantes”, defiende el letrado.

“Hubiésemos preferido una condena mayor pero somos conscientes de las limitaciones del Código Penal, que tampoco deja espacio a penas más duras”, zanja Dávila.

Acabó el juicio para Juan, sigue la vida. “No quiero cruzármelos más. Ya he perdido un trabajo, un ojo; si me los cruzo —sostiene— yo no voy a perder nada más”.