Estado en el que quedó el aeropuerto de Bruselas tras el ataque del martes.

Estado en el que quedó el aeropuerto de Bruselas tras el ataque del martes. REUTERS/Jef Versele/Handout

Reportajes Atentados en Bruselas

El Estado Islámico gana en Europa lo que pierde en casa

Sus seguidores pierden territorio, dinero y hombres en Siria e Irak pero aumentan su actividad en Europa. 

23 marzo, 2016 02:08

El grupo terrorista Estado Islámico no deja de menguar en Siria y en Irak desde los atentados de París pero su presencia y actividad en Europa ha aumentado en los últimos meses. Así lo explican los expertos consultados por EL ESPAÑOL, que advierten que no existe una relación directa entre ambos fenómenos aunque sí están relacionados: a medida que se reduce el poder militar del EI, quienes vuelven a Europa radicalizados ayudan a perpetrar atentados en Europa.

Los atentados del 13 de noviembre empujaron a Francia a redoblar sus ataques contra el EI en Siria e Irak. El Ejército francés se unía a los de otros países que se han implicado en el conflicto sirio por distintos motivos: los de Estados Unidos, Turquía y Rusia. Estos ataques han ido debilitando al grupo en los últimos meses. 

El grupo yihadista ha perdido territorio, según explica Ignacio Álvarez-Ossorio, coordinador de Oriente Medio en la Fundación Alternativas. “El ISIS protagonizó una ofensiva desde su irrupción en Siria y así se mantuvo durante casi todo el año 2015”. Durante el año pasado y los anteriores, el Estado Islámico llegó a controlar gran parte de Irak y un corredor hasta el norte de Siria que incluía grandes ciudades como Mosul o Raqqa. Sus fuerzas pusieron en jaque a las milicias kurdas, al Ejército iraquí y hasta a los rebeldes sirios.

Eran meses en que los dirigentes yihadistas llamaban a jóvenes musulmanes occidentales a enrolarse en sus filas y combatir por establecer en Califato en Oriente Medio. La revista del Estado Islámico, Dabiq, llegó a publicar un artículo en el que se pedía a los yihadistas que olvidaran Europa y se centraran en la lucha sobre el terreno en Siria. Quien tenía entonces a Occidente en el punto de mira era Al Qaeda.

Miles de combatientes escucharon la llamada: a mediados de 2015 los servicios de inteligencia de EEUU estimaban que había entre 35.000 y 50.000 yihadistas al servicio del EI. Cobraban el doble de salario que los luchadores de Al Qaeda. ¿De dónde salía el dinero?

Hasta hace algunos meses, el EI se financiaba por dos vías: el petróleo y las extorsiones. Esto último incluye “impuestos” que el califato cobra a sus súbditos. En territorio islámico hay que pagar por cualquier actividad. En cuanto al petróleo, los yihadistas lograron tomar el control de diversos pozos petrolíferos del norte de Irak y vendían el crudo a mafias turcas, jordanas o libanesas. Una tercera vía de financiación llegaba a través de organizaciones ligadas al wahabismo, una corriente radical musulmana que nació en Arabia Saudí. Esas organizaciones las financiaban el Gobierno saudí o el de Emiratos Árabes Unidos.

“Estas vías de financiación están desapareciendo”, explica Ignacio Álvarez Ossorio. “Arabia Saudí ha cortado gran parte de la financiación directa y les han arrebatado los pozos petrolíferos. Después de los atentados de París, empezaron a arrojar bombas sobre caravanas y camiones. Así las mafias del combustible dejaron de comprar petróleo del EI. Esto le ha hecho mucho daño al grupo”.

El EI vende ahora petróleo sólo a población local, según explica Jesús M. Pérez, analista de Seguridad y Defensa: "Aunque son casi autosuficientes, sus finanzas están muy dañadas. El responsable de llevar las cuentas del grupo, Abu Salah, fue abatido por Estados Unidos el 10 de diciembre y eso le hizo mucho daño”.

La mengua económica y las bajas por los bombardeos han provocado un serio adelgazamiento de los efectivos del EI. “El Pentágono calcula que en el último año han muerto o han desertado unos 10.000 yihadistas”, explica Ignacio Álvarez-Ossorio. “Eso supondría casi un tercio del total”.

Jesús M. Pérez da otra clave: “Les han bajado el sueldo a sus combatientes. Ellos mismos lo anunciaron. Cobran la mitad y la mayoría de los mercenarios han desertado por eso”. El Ministerio del Interior de Túnez publicaba hace sólo unas semanas que de los 1.500 yihadistas que salieron de su país, 600 han regresado en los últimos meses.

Rebeldes sirios en el frente de batalla contra el EI, ayer en Siria.

Rebeldes sirios en el frente de batalla contra el EI, ayer en Siria. Reuters / Rodi Said

Yihadistas europeos

La otra cara de la moneda del retroceso del EI en sus feudos está en Europa. Su presencia en el continente ha aumentado. ¿Existe una correlación? Ignacio Álvarez-Ossorio opina que sí: “Su obsesión ahora es golpear Occidente. Cambiaron su filosofía. Si hace no tanto llamaban a dejar Europa y combatir en Siria, hoy llaman a atentar en países como Francia, España o Bélgica. Por ahora lo están consiguiendo. Han tomado el relevo de Al Qaeda”.

Su debilitamiento militar ha hecho enfocar sus esfuerzos en la guerra del terror mediante atentados. Células que no necesitan tanta formación militar y que no se basan en el dinero sino en el fanatismo: están radicalizados y dispuestos a morir por la causa.

La mayoría de estos terroristas son árabes europeos. Algunos de tercera generación. “La dimensión militar para derrotar al ISIS es fundamental”, explica Jesús M. Pérez. “Pero no puede ser la única: el problema ahora para Europa se encuentra en cientos de jóvenes musulmanes sin integrar que buscan una identidad. La encuentran a veces en bandas de narcotraficantes o en delincuentes comunes, pero en ese camino a veces se topan con un predicador y se muestran dispuestos a atentar en tiempo récord”.

Según Álvarez-Ossorio, "Europa no sólo debe trabajar en el aspecto militar sino en los aspectos sociales y migratorios: ayudar a la integración de las comunidades y ganar la guerra de la ideología, que por ahora está perdiendo”.

El Estado Islámico cuenta con una red de 36 productoras de televisión con las que crea y difunde su propaganda. Esta diversidad pretende adecuar el contenido de sus mensajes a la audiencia a la que se dirigen: no es lo mismo tratar de ganar adeptos en Siria, donde la población aspira a derrocar a Bachar Asad, que en el Magreb, donde las aspiraciones de los radicales pasan por recuperar Al Ándalus.

Álvarez-Ossorio también ve fundamental estabilizar Oriente Medio: “Hay que intentar terminar con la guerra de Siria de una vez y buscar la tranquilidad en la zona”. La mayoría de expertos sostiene que para ello es fundamental la colaboración de los países árabes y sus ejércitos. El objetivo fundamental es evitar un enfrentamiento entre Islam y Occidente.

Los expertos consultados por EL ESPAÑOL dibujan una conclusión sombría. Opinan que la actividad del Estado Islámico en Europa irá a más y que habrá más atentados. El de Bruselas era inminente y predecible para los servicios de Inteligencia pero no se pudo evitar.