Los barones socialistas, encabezados por Susana Díaz, han aprovechado la Cumbre de Presidentes para abrir un nuevo frente político en materia fiscal. La presidenta andaluza acusa a Cristina Cifuentes de hacer "dumping fiscal" por bonificar el 99% del impuesto de patrimonio y el 100% del de sucesiones y donaciones inferiores a dos millones de euros. Efectivamente, las ventajas fiscales de Madrid generan un comprensible efecto llamada que acaba convirtiéndose en un agravio recaudatrorio. 

La queja de los socialistas puede parecer lógica, pues lo normal es avanzar hacia la armonización fiscal, aunque el argumento escogido -"no puede haber paraísos fiscales en España"- parece más apropiado para criticar y acabar con el cupo navarro y el concierto vasco que para referirse a las diferentes tributaciones en materia de sucesiones y patrimonio, amparadas por la ley.

Igualar a la baja

Es verdad que muchas autonomías, por estar infrafinanciadas o por ser más pobres, no tienen el mismo margen que otras a la hora de reducir sus impuestos. Sin embargo, lo óptimo sería intentar intentar igualar a la baja, en lugar de cargar la armonización fiscal sobre los contribuyentes. En primer lugar, porque gravar el patrimonio y las sucesiones supone castigar el ahorro de las familias y someter a tributación propiedades o rentas por las que ya se han satisfecho impuestos desde su gestación hasta el momento de ser legados.

Y en segundo lugar, porque existe mucho por hacer contra el fraude y la economía sumergida y en materia de eliminación de duplicidades y gastos suntuarios. En este sentido, que el presidente de una comunidad ciertamente infrafinanciada como la valenciana, Ximo Puig, abogue por la subida de impuestos en Madrid mientras pretende abrir de nuevo RTVV sólo resta crédito al frente fiscal del PSOE.

Carrera en el PSOE

Susana Díaz puede caer en la tentación de convertir su campaña contra la rebajas fiscales en Madrid en el baderín de enganche de su carrera hacia la secretaría general del PSOE. Sin embargo, esta estrategia puede volvérsele en contra, pues pondrá el foco en su propia incapacidad para gestionar con eficacia una comunidad como Andalucía, que lidera los ranking de desempleo y fracaso escolar después de más de tres décadas de gobiernos socialistas.