Los hechos son que el portavoz de Podemos en el Senado, Ramón Espinar, compró una vivienda de protección pública que vendió al poco de escriturar sin ni siquiera haberla estrenado, una operación con la que ganó 30.000 euros -20.000 después de pagar impuestos y otros gastos, según reconoció este miércoles el propio interesado-. A eso se le ha llamado especular toda la vida.

El caso es más grave por cuanto denota la hipocresía de Espinar, que ha venido caracterizándose por sus ataques a los especuladores con pisos protegidos. "El objetivo de la vivienda pública no es venderla", dejó escrito en Twitter hace tiempo.

Tres falsedades

Pero además, en la comparecencia en la que dijo que iba a aclarar la polémica mintió hasta en tres en ocasiones. Dijo que conoció la existencia de la promoción inmobiliaria por la Comunidad de Madrid, cuando ésta se limitó a subvencionar la compra de suelo, y fue el Ayuntamiento de Alcobendas -gobernado entonces por un conocido de su padre- el que se encargó de darle publicidad.

Aseguró también Espinar que vendió el inmueble por la cantidad que le fijó la Administración autonómica, cuando ésta sólo establece topes máximos; es decir, podría haberlo vendido  por el mismo precio que había pagado por él, pero pidió mucho más.

Por último, explicó que se vio poco menos que forzado a escriturar el piso, pese a que la promotora permitía causar baja y recuperar las cantidades aportadas sin penalización alguna antes de oficializar la compra.

Estrategia interna

Sorprende que, con todos estos elementos sobre la mesa, la plana mayor de Podemos haya salido a dar por buenas las falsedades de Espinar -desde Iglesias a Errejón, pasando por Bescansa- y que encima pretenda presentar el caso como un ataque a la formación.

Pero puestos a elucubrar, más probable parece que Iglesias esté tratando de proteger a Espinar porque es la persona que ha elegido para liderar el partido en Madrid. El proceso interno ya ha comenzado y ha de dilucidarse en las próximas semanas. En estas circunstancias, dejar caer a Espinar significaría despejarle el camino a Rita Maestre, próxima a Íñigo Errejón, lo que podría dar un vuelco al actual equilibrio de fuerzas en Podemos en favor de éste.

Iglesias demostrará muy poca integridad si mantiene a Espinar sabiendo cuál ha sido su proceder. Quienes dicen venir a regenerar la política nunca serán creíbles si ni siquiera son capaces de aplicar en su casa las normas que exigen a los demás.