Las revelaciones de Francisco Correa al tribunal confirman las peores sospechas de las irregularidades del PP y son coherentes con lo que la opinión pública ha ido conociendo de la corrupción en este partido. Sus líderes, en cambio, han defendido en todo momento que la trama Gürtel actuaba de espaldas a la organización y que sus protagonistas se aprovecharon de la formación. Según ese relato, el PP fue la víctima de unos desaprensivos.

Esa tesis es la que este jueves ha desmontado por completo Correa, que ha contado con pelos y señales cómo obtenían recursos y cómo el PP se quedaba el 3%. Es decir, el PP no era víctima, sino beneficiario de la corrupción. Correa deja claro que hubo un do ut des, un cohecho continuado: los empresarios que entregaban dinero lo hacían para obtener contratos con las administraciones que gobernaban los populares.

Sólo 'Gürtel 1'

En las altas esferas del PP se han recibido sorprendentemente con alivio estas manifestaciones. Creen que el hecho de que Correa ciña sus actividades ilícitas a antes de 2005 salva a Rajoy y a la actual dirección. Además confían en desviar hacia el tesorero, Bárcenas, toda la responsabilidad. Sin embargo, si las manifestaciones de Correa se agotan en 2004 es porque sólo estamos en el juicio de la primera pieza de Gürtel. Pero después vendrán otras, y por lo que sabemos, nada lleva a pensar que en años posteriores el partido cambió su modus operandi.

Eso supone, además, ignorar muchas cosas. Por ejemplo que Rajoy confirmó a Bárcenas en el cargo. O que el propio Rajoy fue vicesecretario electoral en años clave en los que actuó la trama y, por tanto, es difícil que no supiera cómo se financiaban las campañas, cuando los millones entraban en Génova a cientos, y la sede del PP era la "casa de Correa": "Me pasaba más tiempo allí que en mi despacho", ha asegurado.

Terrible mancha

Pero además está la mancha de corrupción que estos hechos arrojan sobre el partido y que deterioran enormemente su imagen. Para los socialistas, que van a tener que decidir si se abstienen en la investidura, supone un problema. Este jueves intentaron mirar para otro lado, pero desde Podemos ya avisan de qué puede suponer electoralmente apoyar al líder del PP. Y ahí no les falta razón.

Lo que empieza a confirmarse por los testimonios de este juicio es que el PP se financiaba con dinero de procedencia ilícita. Y eso refuerza la verosimilitud de las denuncias que ha venido lanzando Bárcenas de manejo de sobres y pagos en B. El PP estaba al tanto de todo, y ese todo era nada menos que el 3%. Al final, el PP y los separatistas estaban unidos por la misma cifra fetiche.