La Unidad de Corruptos Organizados del Partido Popular ha dicho basta y, con el apoyo de diversos medios de comunicación de probada dependencia, algunos periodistas de total confianza y la inestimable aportación de un sector de la Judicatura, con el ministro Catalá a la cabeza y la Fiscalía Anticorrupción en claro tránsito a la dejación de funciones, ha decidido acabar de una vez por todas con las prácticas desestabilizadoras que están llevando a cabo los tendenciosos agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. ¡Hay que acabar con ellos!

Se ha levantado por fin la veda contra este piquete de antiespañoles, de podemitas antisistema, de sargentos chusqueros, de gente inculta y mal preparada que se cree capaz -con la ley en la mano y siguiendo las órdenes del juez de turno- de investigar hasta donde haya que investigar, perseguir hasta donde haya que perseguir y encarcelar a quien haya que encarcelar. Se acabó eso de que la verdad nos hará libres, el caiga quien caiga y el creerse que la Ley es igual para todos. ¡Se acabó!

Ya está bien de informes tendenciosos repletos de supuestas pruebas que colocan en el disparadero a honestos políticos y empresarios; prohombres que han dedicado toda su vida, política y económica, a engrandecerse a costa de este país... quería decir a engrandecer este país a toda costa.

Ya está bien de pruebas irrefutables, de tanto dinero procedente del bolsillo de todos los españoles deambulando por paraísos fiscales; ya está bien de desenmarañar concursos amañados, de desnudar a evasores fiscales, de descubrir tanta comisión repartida entre partidos honorables y políticos más honorables todavía. ¡Abajo la investigación! ¡Abajo la inteligencia!

Hay que terminar de una vez por todas con estos verdes que trabajan a sueldo de Pablo Iglesias y que buscando –y encontrando– la verdad sólo logran poner patas arriba este país a base de encerrar a trincones de buen corazón y mejor partido, que a buen seguro lo han hecho todo por España y los españoles.

Y me da igual que estos agentes de pacotilla tengan los mejores expedientes, las mejores cualificaciones, procedan de las mejores universidades, sean los mejores de sus promociones, hablen muchos más idiomas que aquellos a los que persiguen y hayan tenido que superar mil y una pruebas para formar parte de esta desprestigiada Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. ¡Me da igual!

Hay que acabar con ellos porque ponen en peligro a los partidos que se lo llevan crudo, a los políticos que se lo llevan a casa, a los financieros que se lo llevan a Suiza y a los gobiernos repletos de sobrecogedores y sobresueldos que lo permiten todo.

Y si ahora es la UCO, sector PP, la que quiere borrar a la UCO, sector Guardia Civil, mañana será la UDEF (Unión de Delincuentes Económicos y Fiscales) la que querrá exterminar a la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal) y pasado el fiscal general el que borrará del mapa a sus peligrosos fiscales y al otro el superministro Catalá el que hará desaparecer la Audiencia Nacional –con todos sus peligrosos magistrados dentro– y declarará oficialmente exterminada la corrupción política y financiera en nuestro país. ¡Bien!

Hay que acabar con todos aquellos que se meten donde nadie les ha llamado.