Ha llegado el momento fatídico de disimular, aunque sea una pissquita, nuestros asssentos. A partir de ahora, los partidos se jugarán en domingo y siempre, o casi siempre, fuera de casa. Quizá baste con disimular, bajo nuestras batas de faralaes, algunos ¡aaarsas! y ¡aserejés!

Parece ser éste, como hemos oído en las teletertulias más torticeras, el momento propicio para crecer, que no para engordar. O para suponer merecida la Medalla de Oro al Mérito en todos los Naturhouses del PSOE. Es tiempo de precandidatos con tipín, garrotadas sin swing y asesinatos múltiples dentro del viejovencísimo Comité Federal. La hora del bullying del socialismo postzapatero y menos red del rojerío global.

Susana Díaz emprenderá este fin de semana una tediosa campaña por todas las federaciones para selfiearse con los militantes perdidos. O sea, sale de gira o tournée. Cual fracasita de OT malvenida a más por empacho de Red Bull. Toca, para empezar a resituarnos en el mapamundi, Castilla y León. ¡Red Bullying te da aaaalas!

Esto en una especie de Hora de aventuras marxista-leninista, pero sin perroflautas de regaliz que llevarse, como meriendacena black, a la buchaca. Se la siguen soplando mucho los reproches a esta Susana Díaz requeteposeída por Dora, la exploradora.

¿Que si está más pendiente a la eventual candidatura a la dirección del PSOE que de su responsabilidad en la CCAA que preside? ¡A ella, plin! La cuestión es arañar votos con las 35 horas semanales de curro, meter su dedo en ojos ajenos y hacer todo el ruido que sea posible. Eso sí, en mítines de ida y vuelta. No vayamos a perdernos por esas regiones de extramundo.

Ejerce Susana Díaz red bullying sobre sus pares. Un tipo de violencia silenciosa para imponerse sobre Pedro Sánchez y Patxi López. Díaz, Sánchez y López. Con esas tres tristes zetas postzetapé pegadas a popa de sus apellidos patronímicos. Zzzzzzzzz… Duermen a las ovejas estos Petazeteros por el mundo. Sus petazetas son chasquidos popping candy que también dejan, en el retropaladar, la absurda sensación del vacío. En eso consiste todo: estrépito, bronca, traiciones, chuchería y gargajeante mascletá bucal.

Así, entre liebres, deslealtades y gazapos, vamos echando el invierno. Asistimos a un lapso de la Fatídica Historia del PSOE: esa que habla de otra inminente, y enésima, recaída. Con un futuro secretario general que no tendrá quien le escriba, pero sí quien lo acose. Solo falta que del huevo Kinder nos salga una réplica, a tamaño natural, de Rubalcaba.