El resultado del estudio demoscópico de SocioMétrica para EL ESPAÑOL sobre la situación del PSOE -que publicamos hoy- podría presentarse como la disección de su crisis interna. También como la radiografía de un partido descabezado, dividido, sin rumbo y preso de una engorrosa contradicción sobre cuál debe ser su relación con el Gobierno y con Podemos. 

La pugna por el liderazgo del partido, el malestar de dos de cada tres votantes socialistas con la resolución del Comité Federal de permitir gobernar a Rajoy y el rechazo de casi un cuarto a que el PSOE siga conviviendo con el PSC -que acaba de comprometerse en su congreso el reconocimiento de Cataluña como "nación"- complican la resolución del debate estratégico.

Paradoja

La encrucijada sobre qué camino debe tomar el -nominalmente- primer partido de la oposición se ve con nítidez si contrastamos tres datos paradójicamente incongruentes. El 53% de los votantes del PSOE rechaza de antemano facilitar la aprobación de los presupuestos del Estado, pero aún son más -casi un 56%- los que se oponen a trabajar "codo con codo" con Podemos, como pretende Pedro Sánchez. Sin embargo un 38% lo considera el más capacitado para liderar el partido, frente al 21% que prefiere a Susana Díaz.

Para entender cómo es posible que el aspirante favorito del PSOE sea el que defiende la posición política más contestada resulta obligado reparar en el efecto que tuvieron el viaje del no a la abstención y la dimisión del secretario general. La oposición sin ambages de Sánchez a Rajoy y su decisión de dejar el acta antes que secundar la abstención o desobedecer un mandato del Comité Federal han favorecido su imagen, lo cual no debe confundirse con un apoyo a su propuesta de alianza con Podemos.

Liderazgo

Sánchez no puede considerar consolidada su ventaja respecto de la presidenta andaluza en la carrera por el liderazgo, aunque es cierto que el repudio a la abstención ante Rajoy lastra las posibilidades de Susana Díaz, que es vista como la candidata de los barones que optaron por claudicar en la investidura.

El estudio de SocioMétrica demuestra que el PSOE parece sumido en una indefinición estratégica agravada por la orfandad de liderazgo. Ambas carencias se retroalimentan. Asimismo, el compromiso nacionalista del PSC y su disposición a votar lo que le venga en gana, al margen de lo que decidan el Comité Federal o la gestora, constituyen elementos desestabilizadores a tener muy en cuenta. Si el PSOE no corrige rápidamente su deriva, pondrá en bandeja a Podemos la hegemonía de la izquierda.