Opinión El merodeador

Merodeos

15 septiembre, 2016 01:15

Guindos, el ministro que viene a hablar de su libro

La presentación de "España amenazada", el libro en el que Luis de Guindos reivindica su gestión y explica cómo salvó a España del rescate, es una autopromoción harto pretenciosa y difícilmente justificable para un ministro en activo. Que además lo haga sólo un día después de haber sido tachado de mentiroso por toda la oposición en la comisión parlamentaria por el caso Soria convierte el hecho en todavía más inoportuno.

Muchos españoles pueden legítimamente preguntarse cómo, con todo el trabajo que da el Ministerio en una coyuntura tan complicada, Guindos ha sacado tiempo para escribir un libro. Lo que está claro es que ha aprovechado su condición de ministro para promocionar la obra. Baste decir que en la presentación estaba medio Gobierno, empezando por el presidente.

Y lo que es más preocupante: a pesar de las peticiones de este periódico, ni la coautora ni el editor del grupo Planeta, que ha publicado la obra, han querido detallar las condiciones del contrato. Es decir, a todo ello hay que añadir la falta de transparencia.

Una excusa para arremeter contra Sánchez

Resulta asombroso que un comentario inofensivo de la portavoz socialista en el Congreso, Isabel Rodríguez, para defender la disposición de Pedro Sánchez a escuchar a los barones haya causado un incendio en el PSOE. Al ser preguntada en Radio Nacional por unas manifestaciones de Fernández Vara en las que aseguraba que lleva dos meses sin hablar con el secretario general, Rodríguez respondió: "La verdad es que no entiendo esas declaraciones y esa denuncia pública de ausencia de conversación cuando es tan fácil como levantar el teléfono".

Pues bien, bastaron estas palabras para que pesos pesados del partido como Susana Díaz, Rubalcaba, Carme Chacón o Madina pusieran el grito en el cielo y, a través de Twitter, salieran en apoyo del presidente extremeño. Todos defendieron la "libertad de expresión" de Vara y abogaron por que exista "pluralidad de voces" en el PSOE, dando a entender que Pedro Sánchez es un obstáculo para ambas.

Se trata de una reacción artificial porque el secretario general ni ha coartado derechos de la militancia ni ha censurado a ningún barón. El episodio sirve para que se visualice el descontento que hay en sectores del partido con Sánchez por su forma de afrontar el problema institucional. Pero para eso no era necesario que inventaran una excusa.

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