Mientras el PP intenta comprometer el respaldo de Ciudadanos más allá de un puntual acuerdo de investidura, el PSOE se reafirma en el 'no' para impedir que Rajoy se perpertúe en la Moncloa. En este sentido, la comisión permanente de la dirección socialista ha cerrado filas con Pedro Sánchez, que ha permitido la presión de la vieja guardia para que se abstenga. El secretario general socialista sabe que en el próximo congreso federal, previsto para octubre, las bases del partido castigarían cualquier maniobra tendente a facilitar las cosas a Rajoy.

PP y PSOE dan por hecho que el presidente en funciones no logrará el respaldo de la Cámara ni en la primera votación el 31 de agosto, ni en la segunda el día dos de septiembre, por lo que trabajan pensando en octubre. El PSOE sólo ofrecerá su abstención al PP, tras el fracaso de Rajoy, siempre que el candidato sea otro.

Los socialistas confían en que el chantaje de Rajoy, que amenaza con llevarnos a terceras elecciones en Navidad, acabe siendo el búmeran que precipite su caída. El PSOE estudia promover la reforma del artículo 51 de la Ley Electoral, una vez comience el periodo de sesiones, para acortar la campaña y que unas eventuales terceras elecciones caigan el 18 de diciembre en lugar del 25 como pretende Rajoy. Una medida en este sentido permitiría a los socialistas recuperar la iniciativa, y escenificar públicamente la soledad del presidente en funciones

Más aún si el resultado de las elecciones autonómicas vascas, el 25 de septiembre, ni siquiera da opciones al PP para intentar negociar la posible abstención de los diputados del PNV en una eventual segunda investidura.

En el PP también son conscientes de que el fracaso de Rajoy el próximo dos de septiembre puede resucitar el debate en torno a falta de idoneidad de su candidato.