Que TV3 haya pretendido hacer creer a sus televidentes que Purito Rodríguez ha participado en Río representando a Cataluña y no a España es un ejercicio de manipulación lamentable. Al mostrar el cuadro de los primeros clasificados, la televisión autonómica colocó la senyera junto al nombre del ciclista, a la par que las banderas de los otros países: Alemania, Suiza, Polonia, Francia... Ya puestos, podrían haber puesto la estelada.

El gesto de TV3 sólo se puede explicar por la Españofobia y la servidumbre de sus directivos al Gobierno de la Generalitat, dispuesto a utilizar todos los canales a su alcance para propagar el mensaje independentista. Si un medio de comunicación es capaz de distorsionar de esa manera la información deportiva con fines ideológicos, cabe preguntarse hasta dónde son capaces de llegar en el tratamiento de la información política.

Las televisiones públicas, concebidas como un servicio a la comunidad, pierden su razón de ser cuando se dedican a servir de megáfono de los gobernantes de turno. Entre otras cosas porque la pagan con sus impuestos todos los ciudadanos; en este caso, también esa mayoría que no es independentista.